Quisiera expresar mi malestar en contra de la Unidad de Emergencia del Centro Asistencial Norte (CAN), en especial en contra de un grupo de funcionarios de allí.
Llevé a mi madre para atenderse en dicha institución por diversos problemas médicos durante tres días seguidos.
Dicha institución se encontraba celebrando su aniversario. Hasta ahí todo bien, pero me di cuenta que uno de esos días, pasadas las 15 horas, un grupo de funcionarios se gritaba que se vistieran o se colocaran una peluca, que ya iba a empezar el conteo y faltaba gente. Una indicaba "deja poner el suero y me voy a las actividades".
Al rato, mientras esperaba a mi madre, subí a mirar, pero mi sorpresa fue grande: varios de los funcionarios que estaban entretenidos eran los que estaban de turno en la Unidad de Emergencia.
Considero una irresponsabilidad lo que hacen. En ese momento llamé a mi madre y le pregunté por el personal y me indica que solo se ve a un doctor y a una niña de azul, el resto no se ve ni se siente.
Al rato llegan gritando que iban ganando. Y mi pregunta para ellos fue: ¿"Y los pacientes cuándo ganarán?"
Y en esto incluyo a las personas que están en admisión. Algunas son muy amables, pero otros contestan de tan mala forma que uno tiene miedo de preguntar.
Considero que si ellos trabajan en esa unidad, lamentablemente cuando les corresponde trabajar se deben perder este tipo de actividades. Pero no pueden dejar a los pacientes solos, aunque sea por un rato, para entretenerse ellos.
Puedo decir que en el piso superior se encontraban trabajando en forma normal. Tal vez colocaron turnos para no perjudicar a nadie, pero cuando fui a solicitar hora para el neurólogo, al cual fue derivada mi madre, la atención fue rápida al igual que al timbrar en caja.
La atención de la Unidad de Emergencia es muy distante de la excelente atención que tienen en el resto del CAN. Soy una persona que va muy seguido a este establecimiento, pero nunca vi una atención más mala que en Emergencia.
Lamentablemente hay varios funcionarios buenos que no se destacan por culpa de los malos. No tienen respeto por los pacientes que se están atendiendo. Lo único que hacen es hablar mal, tanto de su jefatura como de sus compañeros.
Como paciente no tenemos por qué enterarnos de lo que pasa internamente en el establecimiento.
Solo espero que la persona que dirige dicha institución logre cambiar la mala imagen que muestran de tan buena institución, una unidad como Emergencia que se debería destacar por cosas buenas, pero no por la mala atención.
Atentamente,
Rosita Toledo