La agonía de las casonas antiguas del centro
l Rodrigo Ramos B.
"La gente no mira hacia arriba cuando deambula por el centro; no levanta la cabeza. La mayoría prefiere una mirada lineal, horizontal y en consecuencia, reducida". La percepción es de Carlos Massardo, gestor del sitio web Informarte y librero, quien junto a la fotógrafa Daniela Danessi y el periodista Jorge Ochoa, desarrolla un proyecto que busca revalorizar los segundos pisos de las casas, ubicadas en el casco histórico de Antofagasta.
La idea, dice Massardo desde la Casa de la Cultura donde mantiene una librería, surge de manera casi desesperada ante la ola de demoliciones que acongoja al sector centro de la ciudad.
El librero cita la destrucción de la panadería "Selecta", en Maipú con San Martín, con el propósito de ocupar los terrenos para construir un edificio, como un ejemplo del recambio de inmuebles que experimenta el sector.
Explica que la mayoría de las edificios en peligro fueron desarrollados después de 1910, en pleno apogeo económico a comienzos del siglo pasado; período de auge de la industria salitrera en la zona norte del país. "Muchas de éstas son de adobe; son casas hechas a base de caña y barro. Otras ya ocupan cemento. Han resistido bien al tiempo y los temblores", dice.
Massardo las describe como casas amplias, de techos altos que respondían a un planificación "humanista". "Esos habitantes vivieron cómodos en sus casas de 1910, a pesar de las limitaciones de agua y electricidad. Los tiempos cambian, pero seguro que los antiguos se habrían sorprendidos con las construcciones que han reemplazado a sus viviendas; en su mayoría edificios edificados en serie y con espacios reducidos".
Massardo dice con vehemencia que hoy ni siquiera hay interés por mantener los patios, y menos los jardines en los patios. "Antes había huertos y hasta animales como gallinas; hoy algunos patios se arriendan para estacionamiento. Son otros los intereses".
Nuestro entrevistado dice que en estas construcciones del "Antofagasta antiguo", hoy visible en los segundos pisos de las casas de centro (los primeros ocupados por el comercio con el contraste que esto implica), se pueden leer señales de identidad de los inmigrantes. Es posible hallar marcas moriscas, españolas, inglesas e italianas.
Sin embargo muchos segundos pisos permanecen al borde la ruina ante la carencia de cuidado. Otros balcones fueron tapados por alguna publicidad.
Dice que hay mezclas más armoniosas de pasado y presente, como la readaptación que hizo de un par de casas antiguas un local de venta de pollos asados.
Massardo dice que la calle Prat, es una de más generosa en cuanto a balcones. A su juicio una de las terrazas más sobresalientes por su atractiva forma circular, son los de la Casa Castilla. "En general, se puede sacar más provecho turístico o desarrollar una guía, con la historia de las casas que van quedando".
El proyecto que desarrolla Massardo y su grupo se denomina "Segundas Miradas" y cuenta con el apoyo del Fondo de Medios de Comunicación Social 2013, que entrega la Secretaría de gobierno.
El trabajo consiste en un registro de 150 fotografías de los balcones en formato digital, que serán expuestas con la información pertinente en el sitio web: periodicoinformarte.blogspot.com.
Massardo explica que balcón engloba a: ventanales, cornisas y otros elementos ornamentales, que reflejen de manera plausible ese pasado pujante que, en algún momento, irremediablemente, tiende a desaparecer, para dar paso a una urbanización más práctica.
Serán seleccionadas 30 fotografías para transformarlas en postales, que incluirán información, dirección y un texto poético.
Carlos Massardo insiste que si los antofagastinos nos diéramos el tiempo de observar hacia los segundos pisos, seguro que apreciamos más la ciudad que nos cobija. Entonces la invitación es a levantar la cabeza. J