Casas rodantes y carpas conviven en Punta Rieles
Es una de las playas de moda en este verano. Sus aguas tranquilas están ubicadas a 20 kms. de Mejillones. Pero el camino está a medias.
l Rodrigo Ramos B.
Antes a Punta Rieles se llegaba hasta en helicóptero o en yate. Digamos era una playa exclusiva. No había camino. Había lujo y algún exceso. Hoy, en cambio, el panorama es más popular aunque queda una que otra casa rodante. Abundan carpas y baños a 500 pesos. Esto pues hoy la carretera (ruta B-268) permite a cualquier tipo de vehículos llegar a esta playa, ubicada a un poco más de 30 minutos o a 20 kilómetros al sur de Mejillones, pero con precaución.
A la carretera B-268 se accede desde un costado de la rinconada de Mejillones. Luego comienza el ascenso. A medida que subimos, la ruta se torna serpenteante. Ya arriba, sobre los cerros, comienzan los problemas: el asfalto desaparece y comienza un camino de tierra. Reaparece el asfalto por un rato y luego la tierra. Lo importante es que las curvas de descenso a la playa están asfaltadas, sin embargo no hay barreras de contención para la seguridad.
Lo recomendable es bajar a una reducida velocidad; de lo contrario se puede correr peligro.
No es lo mismo Punta Rieles en un día de semana que en un domingo o sábado. Los fines de semana la cantidad de carpitas se multiplica; los espacios son reducidos y en especial se acumula una mayor cantidad de basura.
El lunes el asunto es distinto. El único resabio del fin de semana es un contenedor atiborrado de basura. Hay más tranquilidad para quienes acampan.
Mario, quien permanece hace una semana en carpa junto a su familia, dice que lo mejor de la playa son las aguas tranquilas; especialmente para los niños. "Aquí no hay olas y esa es la gran diferencia con otras playas; esto facilita mucho para que los niños se bañen sin ningún peligro", afirma el hombre.
No obstante dice que si se le puede hallar un drama a la playa es el viento. Durante la mañana y por la tarde surgen unas ráfagas, que al igual que el cuento de los chanchitos y el lobo, aguantan sólo las carpas bien cimentadas.
Otro carpista, Alejandro, se queja por el valor de los baños químicos que dispuso el municipio. Son $500 pesos lo que se cobra por utilizarlos. El hombre adopta una actitud reflexiva y dice que podrían ser gratis.
Hay concordancia en que todos cooperan para que la playa luzca limpia a pesar de todo. Hay pequeñas costras de basura y hasta una carpa abandonada.
Más allá de los problemas cotidianos, Punta Rieles, según Juan Menares (quien lleva un mes acampando con su familia), es una especie de santuario de la naturaleza. Es posible apreciar a ballenas y delfines; además el mar entrega sustento diario para alimentarse. Durante estos días es fácil conseguir pejerreyes.
Punta Rieles permite este tipo de actividades; además del buceo. La aguas tranquilas y cálidas aceptan la natación en el océano. Una de las mejores playas de la región sin lugar a dudas, que todavía es privilegio de pocos. J