Testigo directo de la visita de Juan Pablo II a Antofagasta
Hace 26 años el Papa bendijo al documentalista Omar Villegas y su cámara en el Santa María.
l Rodrigo Ramos B.
Lunes 6 de abril de 1987, 12.30. El Papa Juan Pablo Segundo se despide de Chile, desde el aeropuerto Cerro Moreno de Antofagasta. El líder de la iglesia católica arribó a la ciudad la noche del domingo 5 de abril. Fue una experiencia extraordinaria para quienes conocieron de cerca a uno de los personajes más relevantes de finales de siglo XX en el mundo.
Uno de los afortunados fue el documentalista Omar Villegas, quien en ese momento trabajaba con los curas jesuitas en el San Luis.
Recuerda que lo comisionaron junto a otros compañeros , para apoyar e integrar la comisión nacional de la visita un año antes de la llegada del Papa. "Comenzamos las reuniones y viajes para preparar la gran recepción , en una ocasión me tocó acompañar al Cardenal Alemán Joseph Ratzinger, ( después Papa , Benedicto XVI) , mano derecha del entonces Papa Juan Pablo II".
El trabajo fue intenso. A Villegas le tocó conocer con mucha anterioridad los lugares, recorrido y sitios donde iba a estar el Papa polaco en la ciudad. Las fotografías y videos de los lugares fueron enviadas al Vaticano con mucha precaución y evitando que el material fuera conocido por los servicios de seguridad de la dictadura. "Había que evitar la manipulación del gobierno en aprovechar la visita para sus fines políticos , esto nos costó seguimientos y vigilancia".
Villegas dice que el eslogan oficial de la visita era : "Bienvenido Mensajero de la vida" o sea haciendo alusión a que el santo padre traía un mensaje de vida , ya que en Chile esta no se respetaba.
La dictadura creó su propia consigna como Bienvenido Mensajero de la Paz", centrando la idea en la intervención del pontífice en el conflicto con Argentina evitando así una guerra y presentando un país que avanzaba normalmente hacia el desarrollo y la modernidad .
Hasta que llegó el gran día. "Habilitamos una sala de prensa en el Hotel Antofagasta para recibir a cientos de periodistas extranjeros que llegaron a cubrir la visita; yo era el fotógrafo oficial de la diócesis con credencial para estar en todos los lugares que visitaría el Papa. La noche anterior no dormimos. Nos quedamos en la sala de prensa con los encargados de la Radio Vaticano que eran Jesuitas y hablaban español". El avión llegó al atardecer al aeropuerto de Antofagasta. Villegas esperaría la llegada en el colegio Santa María, donde el Papa haría una pequeña liturgia.
Allí recibió el saludo de parte del clero local y los niños de las colectividades extranjera.
Cuando el Papa se retiraba a descansar, recuerda Villegas, a una sencilla habitación, ocurre algo increíble. "Me encuentro de frente con él a tres metros de distancia. Con una actitud de respeto bajo la cámara y el enorme lente y en ese instante el avanza hacia mi y me toma las dos manos que yo las tenía sujetando las cámaras. Me da la bendición y pone en mis manos un estuche de cuero con un rosario y pide a sus asistentes una fotografía con su firma y luego se retira a descansar. Fui el único fotógrafo en ese lugar", afirma con emoción Villegas.
-¿Cómo fue la sensación?
-Lo que sentí no se puede explicar , solo una energía recorrió mi cuerpo y las lagrimas no se podían contener aunque yo trataba no se podía; al míralo cuando se alejó. Sólo vi un aura blanca intensa y fuerte que desapareció en la puerta de la habitación".
Esa noche Villegas no pudo dormir. "No cualquiera recibe una bendición papal".
Al otro día temprano, Villegas registró la visita papal a la cárcel pública , donde el santo padre hablaría a los reclusos. "Fue una reunión de mucha emotividad , desde allí nos fuimos rápidamente al campo eucarístico donde sería el gran encuentro con el norte grande". Fue un trabajo inolvidable, dice. "El equipo de la comisión de visita del santo padre funcionó a la perfección , sólo nos queda el grato recuerdo de esa gran visita que nos trajo la palabra de aliento y esperanza en medio del dolor y la angustia de vivir en una dictadura".J
Antes que el Papa llegara, las oficinas del Arzobispado, que habían sido equipadas con fax , mimeógrafo videograbadores y sala de prensa. "Aunque también ocupábamos , como alternativa equipamiento del colegio, el ajetreo era en la sede principal , allí recuerdo a Ronald Shield, Carlos Saavedra , Fernando Maulén , al padre Eloy , la gorda Cecilia , las monjas Paulinas y Jorge Varas", recuerda Villegas.