El hombre ya no está, pero queda su legado: Hoy es la segunda marcha de los enfermos. Su viuda tomó la posta y cuenta detalles de esta emotiva cruzada.
l Redacción
Poco más de seis meses han pasado desde que Ricarte Soto nos dejó. Atrás quedaron esos encuentros matinales con Raquel Argandoña. Y atrás quedó esa voz crítica que sorprendió a medio mundo cuando apareció hablando de un tema social que, para muchos, parecía impensable en un hombre que hace años se había instalado en la farándula: la vida de los enfermos catastróficos.
Soto, con su mirada cómica sobre los famosos, ya se había ganado el afecto de millones de chilenos y se había ubicado entre los favoritos de las dueñas de casa. Pero con el paso del tiempo hizo de su vida un ejemplo de admirar: con el arribo de un cáncer que finalmente le quitó la vida, empezó una misión que incluyó en su lucha a cientos que también hacen lo imposible por seguir viviendo. Ricarte Soto, dignificó el cáncer y esa es la base de su legado.
Y su herencia pretende ser la llamada "Ley Ricarte Soto", una propuesta que aspira a convertir en proyecto de Ley el "Fondo Solidario y Universal para los Medicamentos", una idea que Soto afinó con los suyos en carne propia cuando vivió el cáncer. En los pasillos del hospital conoció las historias de personas que en poblaciones hacen bingos, lotas y completadas para juntar dinero para sus medicamentos, esos que el sistema de salud no les asegura y que son la única forma para vivir mejor. "Algo indigno", como lo dice Cecilia Rovaretti, viuda del ex panelista del Buenos Días a Todos, y quien ahora lidera la cruzada.
Ella es quien nos habla desde el otro lado del teléfono, ad portas de la "2da Marcha de los enfermos", que hoy se realizará en Santiago y que se replicará en distintas plazas del país.
"Dame un minuto que voy llegando a la casa", nos dice la periodista de radio Cooperativa. Aún Rovaretti parece no cerrar el luto de perder a su confidente, su amigo, su esposo y el padre de su hija María-Alcira. No ha habido tiempo para eso.
Cecilia nos contesta en su pieza, el lugar en donde de seguro Ricarte confesó sus miedos más ocultos y también donde depositó sus mayores esperanzas. Voz serena, precisión periodistica, y pena aún presente. Es el ambiente que nos lleva a conversar con Rovaretti.
"Esta marcha replica lo que ocurrió el año pasado de forma espontánea. La idea es que así como marcharemos en Santiago, también ocurra en regiones, en todo el país, aunque estamos conscientes que en el norte la preocupación es otra", cuenta la periodista, quien se prepara para enfrentar la primera marcha sin Ricarte, iniciativa que llevó a cientos de enfermos a caminar por las calles de Santiago. Enfermos que llegaron con sus limitaciones físicas y sus complementos médicos.
En ese entonces, Ricarte repetía que todo eso había sido soporte de "tres pelagatos". La cosa cambió: hoy Cecilia asegura que son "seis pelagatos". Pero dice que tras ellos están todas la asociaciones que defienden a los enfermos, las mismas organizaciones que le pidieron a ella que siguiera con el legado de su marido. Rovaretti cuenta que cuando decidieron nombrarla a ella no aceptó de inmediato. La muerte de Ricarte había sido hace poco tiempo y debía sentarse a pensar.
Al final le dio el gusto a las treinta organizaciones y tomó la mochila llena de sueños que dejó su marido antes de partir. "Ellos entienden bien esto de funcionar como sociedad, saben que si uno está en medios de comunicación es más fácil que se te abran las puertas", agrega la periodista. Aceptado el desafío comenzaron a construir esta segunda marcha. No había mucho tiempo por delante y la idea era dejar en claro dos cosas: no hay ley aún, y las organizaciones que piden esta solución están más vivas que nunca.
Así Cecilia y otros cuantos "pelagatos" comenzaron a hacer sus primeros contactos. La profesional estimó necesario tener un embajador en cada canal (Martín Cárcamo, Julian Elfenbein, Carmen Gloria Arroyo, Jean Philippe Cretton y Luis Jara) e invitar a personajes de la televisión, "nadie que hayamos invitado nos ha dicho que no", advierte.
Hace algunas semanas comenzó a funcionar el sitio web www.losenfermostambienmarchan.cl, instancia en donde se explica la ley a la que aspiran las asociaciones que trabajan en conjunto a Rovaretti. Justamente es la periodista quien hace las precisiones de un proyecto que esperan -más temprano que tarde- el ejecutivo presente al Congreso. "El ahora ex ministro del gobierno de Sebastián Piñera dijo que no envió el proyecto de Ley al parlamento para no dejar amarrado al gobierno de Bachelet, mientras tanto, anunció, destinarían dineros en el presupuesto 2014 para asistir en medicamentos a personas del quintil más pobres y que padezcan cuatro patologías de enfermedades raras y cinco de cáncer y que reúnan algunas condiciones", recuerda Rovaretti.
Hecha la aclaración -de la inexistencia de la Ley- la periodista explica el Fondo Nacional de Medicamentos Solidario y Universal. "Solidario quiere decir que aporta los recursos el Estado, los empleadores y los empleados proporcionalmente; y universal porque todos pueden acceder, la gente de menos recursos con copago cero y si tienes más recursos el copago es proporcional al ingreso. Este sistema Ricarte lo encontró leyendo lo que ocurre en otros países como Portugal, cuyo nivel sociocultural es similar al nuestro", agrega la periodista.
Propuesta compleja -confidencia Rovaretti- pero que sería una solución estructural y no un parche. Ya instalado el nuevo gobierno, Cecilia se reunió con las nuevas autoridades, cuya carta de navegación plantea El Fondo de Medicamentos, el que está en el programa de Michelle Bachelet, pero del cual la periodista dice "no saber lo que es".
"Por lo que he leído en el programa de Bachelet, es un fondo del gobierno estatal que tiene un sentido de urgencia para ir en ayuda de las personas de menores recursos, ahí ves que no vas en la dirección que nosotros creíamos, nos parece que la nuestra es una solución más definitiva al tema", enfatiza.
La entrevista avanza y la voz de Cecilia se comienza a quebrar poco a poco. Hablar de Ricarte la traslada a sus días de infinito amor. También al sentir la responsabilidad que las asociaciones le endosan.
"Estoy tratando de manejar la ansiedad que me provoca (la marcha). Me da mucho susto, me da miedo no estar a la altura de la circunstancias, de no cumplir las expectativas, de sentir que tal vez Ricarte me podría decir 'pucha lo estás haciendo mal