Especialista asegura que en esta ocasión los más beneficiado serán los niños, quienes dormirán una hora más y rendirán mejor en sus labores.
Como ya es costumbre, Chile tendrá a partir de esta medianoche, su horario de invierno. Aunque un poco más atrasado que en años anteriores, hoy los chilenos deberán atrasar el reloj en 60 minutos. Es decir, a las 12 de la noche pasarán a ser las 11. Este cambio se realiza simultáneamente tanto en el territorio insular, como en el continental.
Tanto en otoño como primavera, este cambio trae consigo ciertos desajustes temporales en las personas. Lo que se traduce en mayor somnolencia e irritabilidad; dificultades en la atención, concentración y memoria; fatiga, menor rendimiento y productividad; malestar general; cambios en el estado de ánimo, depresión, y trastornos digestivos.
Por ello, algunos neurólogos aconsejan que en los primeros días tanto niños como adultos se acuesten temprano e intenten acostumbrar una nueva rutina rápidamente.
Sin embargo, el biólogo del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso, John Ewer, quien además se ha dedicado a investigar los relojes biológicos asegura que es muy difícil adelantarse, pues esto es un cambio social, no del planeta. El cuerpo sí o sí va a tener un desajuste y eso muchas veces llega a ser "dramático".
"Pese a lo dramático que es el cambio, en este caso es un poco mejor, pues en primavera nos quitan una hora y eso puede llegar a afectar a una persona por más de ocho semanas", comentó a
Agrega que sin duda el efecto es mucho más fuerte es en los niños, pues ellos se despiertan más tarde que los adultos, necesitan de más horas de sueño, por lo tanto en esta oportunidad también serán los que se vean más beneficiados.
El especialista en los horarios biológicos va un poco más allá y asegura que "el cambio de horario es una muy mala idea, porque se cree erróneamente que las personas rápidamente readaptan los ciclos internos" y eso no es así.
"De hecho, se piensa que un par de días bastarían para normalizar la sincronización de los procesos, pero en realidad si uno mira el efecto sobre el patrón de sueño de las personas -no durante la semana laboral, porque es el horario impuesto, pero sí en los días de vacaciones o durante los fines de semana-, esa persona demorará muchas semanas en acostumbrarse al cambio de horario", explica. J