l Mientras las bellas competidoras salían a la playa a practicar, no faltaron los nortinos que buscaban la oportunidad para observar y en una de esas conseguir algún teléfono de estas musas del mar.
Fue cosa de observar como las sirenas brasileñas se tomaran un par de minutos para lucir sus mini bikinis y tomar sol, donde poco a poco salían desde la oscuridad los antofagastinos, quienes desde lejos miraban las hermosas curvas de estas raiders internacionales.
Si bien muchas se quedaron en la mirada, no faltaron los osados que pidieron una fotografía o jugar su carta ganadora e invitarlas a salir. J