Reflexión educacional
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La educación, de acuerdo a nuestra Constitución Política, es atención preferente del Estado. No excluye la libertad de enseñanza, siempre que se respeten y se cumpla con los planes y programas oficiales de la Política Educacional de la nación.
El Estado debe preocuparse de dignificar al profesor (a) para que éste (a) a su vez pueda cumplir a carta cabal con su vocación.
Desde que se creó el mundo el centro de la educación son los niños o niñas, pues ellos son la nueva savia para mantener nuestra cultura y para que se mantengan los valores que hacen la felicidad de una comunidad. Por lo tanto, su formación debe ser integral, apuntando no solo a lo intelectual, o a lo técnico o manual, sino también a su desarrollo físico para que tengan salud y capacidad motriz, a través de la educación física, gimnasia y deportes. Siguiendo las enseñanzas que nos legaron Esparta y Atenas, de la Grecia inmortal, o para reunir las cualidades que nos dejó Miguel de Cervantes y Saavedra, por medio del Quijote de la Mancha en la literatura española.
La educación implica además, la colaboración de todos y en especial de la familia, hasta que sus hijos (as) tengan una profesión.
Nuestras escuelas públicas, de contar con la infraestructura adecuada, están en perfectas condiciones para cumplir la tarea que le ha encomendado el Estado. Tenemos los medios, solo falta la mística que debe caracterizar a todo educador y que nos inculcaron en nuestras Escuelas Normales o en la universidad.
Volviendo al momento actual, es de esperar que nuestros parlamentarios y nuestro Gobierno tengan presente la dignificación, no solo de los profesores, sino además de todos los que están involucrados en esta hermosa misión. Esto nos ayuda a empujar el carro en bien de nuestros niños y niñas, que son el centro de nuestra preocupación. Así evitaríamos las huelgas que si bien constituyen un derecho, en nuestro caso van en perjuicio de lo que más amamos nuestros niños.
En relación a los puntos no aprobados es de esperar que sigan siendo considerados en pos de una solución. Solo falta la voluntad política y la conciencia de cumplir con su misión de legisladores. Todo tiene solución si existe la responsabilidad de legislar basado en la justicia social.
Atentamente,
Jorge Raúl Díaz Pacheco
En la última Encuesta Nacional Bicentenario, un 63% señala estar de acuerdo con que el matrimonio es un compromiso para toda la vida. Así somos los chilenos, idealistas y soñadores, aunque sepamos que las separaciones casi duplican los matrimonios.