Piden a las empresas no ocupar galpones
Como un espaldarazo al sentir de la comunidad sobre los daños ambientales que provocarían los galpones de Antofagasta Terminal Internacional (ATI) fue recibida la orden del Tribunal Ambiental de Santiago de paralizar durante 30 días uno de los galpones de la empresa portuaria.
La resolución se dio a conocer el miércoles en la tarde y a pocos días que Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) solicitara a este tribunal la suspensión provisional de las faenas de la ATI), debido a una serie falencias graves que fueron detectadas en una nueva fiscalización.
Colmed
El presidente del Colegio Médico, doctor Aliro Bolados, precisó que es urgente que el sector minero busque a la brevedad nuevos puertos, lejos de las comunidades con instalaciones seguras para la salud de toda la población. "Les pedimos a las firmas que actúen siendo acordes a la seguridad ambiental y sanitaria y que respeten las normas internacionales de la industria", precisó.
El vocero de la agrupación Este Polvo Te Mata, Ricardo Díaz, manifestó que esta resolución demuestra que "los acopios, embarque y desembarque de concentrado de cobre nos están contaminando".
Por eso hizo un llamado a las empresas a no utilizar estas instalaciones portuarias y al Estado a "no sacrificar a Antofagasta con el embarque y traslado de estos metales pesados, buscando otro lugar por donde sacarlos y no exponer la salud de sus habitantes".
Por lo mismo mantienen el ultimátum expresado en la multitudinaria marcha del sábado pasado y hoy se reunirá las agrupaciones participantes para determinar las nuevas acciones a seguir. J
l El tribunal ordenó paralizar durante 30 días las instalaciones portuarias que llevan por nombre Sistema de Acopio de Concentrados (SAC), pero sin considerar en la medida el Terminal de Embarques de Graneles Mineros (TEGM), pese a que estaba dentro de la petición de la SMA.
El SAC fue construido en 2006 y consiste en una bodega para almacenar 22 mil toneladas métricas de concentrados mineros, usadas para acopiar productos desembarcados.
l Lorena Pereira Molina