Antes de fin de año la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) debiera tener reparadas las 17 alarmas de tsunami que se encuentran sin operación en la región, respondiendo así a la petición de la Comisión de Sociedad Civil y Participación Ciudadana del Consejo Regional, que la semana pasada solicitó a la entidad solucionar los problemas que tiene el sistema de alarmas.
Actualmente, en la región existen 41 alarmas, pero quince de ellas -ubicadas entre Taltal y Tocopilla, además de algunas zonas intermedias- presentan fallas. "Principalmente es porque se las roban", comenta el director regional del organismo, Ricardo Munizaga. "Se roban el equipamiento, los cables, los software, las tarjetas. Las destrozan simplemente, es un tema frecuente el que tenemos ahí", comenta.
Munizaga comenta que además, hay dos alarmas inhabilitadas, una en Michilla y otra en Tocopilla. "Esas no tienen nada de equipamiento, nada. Están desmanteladas", explica. Durante noviembre, se trabajará en las primeras ocho, para reparar la totalidad de las alarmas antes del 31 de diciembre. La demora del proceso, señala el director del organismo, se explica por el alto costo del equipamiento. "Son equipos estadounidenses, entonces hay un sólo proveedor que hace estas instalaciones. No es por un tema de falta de recursos, es tema de proveedor no más", dice.
MAPA DE RIESGO
En la misma sesión del pleno donde se conversó el tema de las alarmas, también se hizo presente la necesidad de tener un mapa de riesgo en la región que incluya puntos de encuentro, vías de evacuación, limitación de zonas de riesgo, entre otras.
El informe debería estar listo a fin de año con todos los detalles. Ricardo Munizaga señaló que hoy una mesa técnica trabaja en rescatar la información precisa del comportamiento de riesgo en la zona, "esto implica no sólo terremotos y tsunamis,", dijo. J