Ignacio Araya Chanqueo
Un enorme cartel daba la bienvenida a los visitantes de los stand que instalaron los alumnos de la Escuela D-65 para mostrar los trabajos que ellos realizaron a partir de la recuperación de residuos, como una lámpara solar hecha con una caja de cartón o una cama de gatito fabricada a partir de una polera vieja y lana. "Éstas son las tres 'R': Reutilización, reducir y reciclaje", explica Dominique García, alumna del 2°B de la "Padre Gustavo Le Paige".
Como Dominique, Annia y Nayadeth -todas de segundo básico- los alumnos de la D-65 celebraron ayer la obtención de la Certificación Ambiental de su establecimiento educacional, logro que entrega el Ministerio del Medio Ambiente para destacar los liceos, escuelas y jardines infantiles que incorporaron en su currículum académico las variables de la educación ambiental.
En Antofagasta fueron diez los establecimientos que pasaron el Programa de Certificación Ambiental del MMA: la escuela F-78 General Manuel Baquedano; Gustavo Le Paige, D-72 Ljubica Domic Wuth; los liceos F-96 ex Libertadores de Chile, B-29 Bicentenario Andrés Sabella; B-13 Domingo Herrera Rivera, además de los jardines infantiles Tortuguina, Rayito de Paz, Caracolito y la Escuela de Párvulos G-113 Blanca Nieves.
En la Escuela Gustavo Le Paige salvar el planeta es un tema fundamental que se pasa en clase. Existe una academia de reciclaje, una de ecología y las temáticas de ciencias están orientadas al estudio del medio ambiente. De hecho, los mosaicos que embellecen las escaleras del patio están hechas por los propios apoderados de los 1.370 alumnos con que cuenta ese establecimiento educacional.
"Tenemos basureros con material reciclado en cada sala, hay maceteros en cada sala con material reciclado y hay un constante compromiso por cuidar el medioambiente, por plantar arbolitos y plantas", cuenta la directora del establecimiento, Adriana Avendaño. En ese sentido, existe un compromiso con los propios niños de mantener el aseo de la escuela.
Según el seremi del Medio Ambiente, Felipe Lerzundi, estos niños ya están siendo educados con la conciencia ambiental, y serán ellos los que dirijan en el futuro cómo nos comportemos con el planeta. "Así se está sembrando la semilla de la conciencia ambiental en los jóvenes, que viene a complementar la educación y la conciencia que se les transmite desde sus hogares", dice.
¿cómo lograr esa certificación?
En toda la región existen 35 establecimientos educacionales que ya cuentan con su certificación ambiental. El Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE) mide la presencia del componente ambiental en tres ámbitos: Curricular Pedagógico, Gestión Ambiental y Relaciones con el entorno. "Hay que presentar un expediente, que es más o menos un año para obtener la certificación", dice el seremi de Medio Ambiente, Felipe Lerzundi.