Ignacio Araya Chanqueo
No estaba bien de salud el alcalde Pedro Araya Ortiz al comenzar el 2003. El edil había sufrido un cuadro hepático hacía un año, pero durante ese año de todas formas realizaba su trabajo normal como titular de la municipalidad. Una de sus últimas apariciones en público fue durante la inauguración de la Escuela Fundación Escondida. "¿Acaso los niños pobres no merecen tener una escuela de primer nivel como la que estamos viendo?", dijo en su discurso.
Sin embargo, el 8 de julio, afectado por una neumonía, hubo que enviarlo de urgencia en un avión de la Fuerza Aérea con destino Santiago. En la capital, el alcalde se mantuvo en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), hasta fallecer el 24 de julio a la edad de 74 años.
En Antofagasta, su pueblo estaba conmocionado. "Ayer fue un día gris para los antofagastinos", abría la editorial de "La Estrella del Norte" al día siguiente. "Don Peyuco, como lo llamábamos en este Diario, demostraba su ira inmediatamente cuando advertía que se atentaba contra Antofagasta y se convirtió, desde muy joven, en uno de sus defensores más contundentes (…) El legado de don Peyuco será difícil de superar. La humildad y la modestia son valores que, lamentablemente, parecen estar en extinción", decía. Antofagasta le debe al alcalde Araya, entre otras obras, la remodelación de la Plaza Colón, el renovado borde costero de la ciudad, el parque Nicolás Tirado, las playas artificiales que hasta hoy utilizamos, entre otros.
A las 18.30 horas, el féretro llegó a la entrada de la Municipalidad de Antofagasta, escoltado por cientos de personas que fueron a despedir a su querido alcalde. "¡Gracias alcalde!" "¡Adiós compañero!", le decían algunos dolidos antofagastinos que acompañaron a pie el cortejo fúnebre rumbo a la Catedral, donde se realizó un responso en memoria del edil demócrata cristiano.
El gobierno decretó un duelo oficial de dos días en homenaje a Araya y gran parte de la ciudad acompañó al alcalde, que era transportado en un carro bomba de la Octava Compañía del Cuerpo de Bomberos, rumbo al Cementerio General N°2 para despedir a uno de los ediles más importantes que haya tenido la "Perla del Norte".