Reflexión (parte 1)
"Al terminar un año y comenzar uno nuevo nos detenemos, echamos una mirada retrospectiva, evaluamos el pasado y visualizamos el porvenir.
Es entonces cuando elevamos la vista al infinito, el cual nos inspira y nos estimula el espíritu para dar gracias a Dios. Para tal fin, elevo esta plegaria...
Dios y Señor mío, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro...
¡Bendícenos! Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de ti.
Gracias por la vida y el amor, gracias por las flores, el aire y el sol, por las nubes y la aurora, por el ayer y el ahora, por la luna y las estrellas y todas las cosas bellas de la creación.
Por las alegrías y el dolor, por cuanto fue posible... y por lo que no pudo ser. Gracias también, Señor, por esos pequeños gustos inesperados, por esos repentinos deleites, por ese placentero encuentro después de tantos años; por las sorpresas agradables que me has dado en mis momentos de tristeza. ¡Mil gracias, buen Señor!
Y gracias, en fin, por haberme dado esta paz interior que me ha servido para sortear momentos difíciles y angustiosos. Te ofrezco cuánto hice este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos, y lo que con ellas pude construir.
¿Cómo agradecer tus bendiciones?
Te encomiendo a las personas que a lo largo de este año amé, las amistades nuevas y los antiguos amigos, los más cercanos a mí y los más lejanos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón; perdón por el tiempo perdido, por el dinero malgastado, por la palabra inútil y ofensiva, y por el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías, y por el trabajo mal hecho; y perdón por el desánimo conque viví algunas veces... Sin darme cuenta que tú estabas siempre a mi lado.
También perdón, Dios mío, por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte.
Perdón por todos mis olvidos,
descuidos, errores y silencios.
Por haber dicho "no" cuando pude haber dicho "sí".
¡Adiós al ayer!..."
(continuará)
Francisco Arámburo S.
recopilación
Myriam Richards Madariaga