Cartas
Frustración papal
Señor director:
Respecto de la próxima venida del Papa a Chile, para ningún católico bien informado y empático le es ajena la dolorosa frustración que debe sentir el Sumo Pontífice por no poder, pese a todos sus esfuerzos, cambiar los grandes e impresentables males que afectan a la Iglesia, siendo los más relevantes: el oscuro uso y manejo de los multimillonarios dineros recibidos de sus feligreses; las pomposas y caras vestimentas; la buena mesa; los viajes en primera clase y los palacios en que viven sus jerarcas o muy bien llamados Príncipes de la Iglesia y en particular los miembros de su mandamás o patrón: la Curia Romana.
Lo peor de todo, es no poder despedir y poner en manos de la justicia a todos los curas que han profanado a niños, como también a aquellos que han sido sus cómplices por acción u omisión.
En relación a esto último, es lamentable que el actual obispo de Osorno no haya tenido la virtud cristiana, como es la caridad, de presentar su renuncia, sea o no culpable de haber sido testigo de los abusos sexuales ocurridos en la Parroquia El Bosque, hecho que expondrá al Papa a una desagradable situación durante su visita en nuestro país.
Jaime Manuel Ojeda Torrent