Rodrigo Pérez lo anunció antes y cumplió con dirigir a Cobreloa
Una infancia en la que tuvo vivir experiencias fuertes como la separación de sus padres a corta edad, pero reconoce que eso lo hizo más fuerte en la vida, forjando su carácter, algo que quiere que sus jugadores también tengan.
Rodrigo Pérez Albornoz, campeón con Cobreloa, seleccionado nacional, una vida dedicada al fútbol, esa que hoy lo tiene cumpliendo uno de sus sueños, ese que dijo alguna vez cuando fue su despedida del balompié profesional, "yo volveré algún día y seré el técnico de Cobreloa", algo que ya cumplió.
Infancia
Rodrigo Pérez nacido y criado en el barrio El Manzanal de Rancagua, ahí tuvo su niñez, la que recuerda con mucho cariño, a pesar que a temprana edad le tocó vivir la separación de sus padres.
"Viví con mi mamá desde los 7 años y viví mucho en la calle, mi mamá trabajaba todos los días, mi hermana que es 5 años mayor que yo, estudiaba, pero tengo los mejores recuerdos, a pesar que no fue la mejor infancia yo creo que me dejaron muchos momentos importantes, como el sacrificio de ella por sacarnos adelante", contó Rodrigo Pérez.
El actual técnico de Cobreloa dijo además que "mi mamá trabajaba todo el día y más que el trabajo era la compañía de no estar con ella, pero creo que igual son los pro y los contras de la vida".
Situaciones en la vida que lo hicieron más fuerte "porque todo en la vida me costó, nada fue fácil para mí, porque no es fácil teniendo 7-8 años quedarte sin papá, pasar la Navidad sin regalos, fueron momentos complicados que, a la larga, me queda el recuerdo de mi mamá cuando tenía 9 años y me dijo que 'todas estas lagrimas van a ser de alegría' y me quedó grabado eso y hasta el día de hoy mantengo la filosofía vida de que todo con esfuerzo y sacrificio en un momento va a llegar".
Llegada al fútbol
Su mamá trabajando todo el día, le gustaba estar en la calle como el decía, era cuestión de tiempo de pasar a jugar fútbol.
"Yo me voy del colegio Moisés Mussa a los 11 - 12 años y me voy a probar a los cadetes y me deja el 'profe' Cáceres que hasta el día de hoy trabaja en O'Higgins que es captador de jugadores, y de ahí comienzan mis inicios en el fútbol en las inferiores de O'Higgins".
Pérez debuta contra Osorno por Copa Chile el año 1993 y luego tiene su primer partido como titular, dirigido en ese tiempo por Manuel Pellegrini, quien le entregó la confianza en un equipo plagado de buenos jugadores.
"El plantel que había eran jugadores de renombre, como Patricio Mardones, Rubén Espinosa, Juvenal Olmos, Francisco Ugarte, Gustavo De Luca, Cristian Trejo, Hugo Brizuela…teníamos un tremendo equipo Mauro Meléndez, Leonel Pedreros, un equipo de mucha Jerarquía".
Eran tiempos en que era difícil llegar al primer equipo, "ahí no jugabas porque eras un sub-20, jugabas por capacidad, por eso creo que fue más gratificante".
Llegada a cobreloa
Para el año 2000, Rodrigo Pérez daría el salto y llega a Cobreloa, ni siquiera salió de vacaciones para preparar su llegada a Calama, la que reconoce fue dura para él y otros compañeros, ya que el club había dejado partir a jugadores con trayectoria en el equipo loíno.
"Yo llegué con Oscar Malbernat, incluso se le criticaba mucho, ahí vino el Mauro Pozo, yo, Juan Carlos Madrid, el Pato Galaz y se le criticaba mucho por haber sacado a Marcelo Miranda y a Juan Silva que eran emblemáticos y para nosotros también la presión era extra", apuntó.
Presión que la supo pasar, de hecho quedando en la historia del club, algo que jamás se imagino.
"Uno a veces toma decisiones, imagínate que yo me voy y Wanderers sale campeón y por ahí te dicen 'cómo te fuiste de Wanderers', pero yo quedé con el pase en mi poder y se lo vendí a Cobreloa y dije que este iba a ser un cambio para mejor y no me equivoqué porque al final jugué aquí cuatro finales, seis libertadores y tuve que viajar 2 mil kilómetros para venir a hacer historia de la que me siento muy orgulloso".
Cumpliendo sueños
"Yo lo dije el día que me retiré el 12 de octubre del 2012, algún día iba a volver a Calama a dirigir Cobreloa y se cumplió".
Claramente cumplió su palabra, quizás más temprano que tarde, quien sabe, pero apuntó a esa meta hasta lograrlo.
"Hice el camino correcto, de prepararme, de estudiar, uno la carrera de entrenador la saca en tres años, yo la vivencié 6 años. Hice clases tres años, estudié tres años, me preparé 6 años, quizás hice el camino más largo que cualquiera".
Incluso durante el retiro le ofrecieron la gerencia técnica del club, la cual rechazó, eran otras sus expectativas.
Un jugador que fue bravo y que ahora como técnico se considera apasionado, trabajólico, "soy un tipo de mucho carácter, un tipo muy calentón, pero me gusta que el jugador lo viva de la misma manera".
Su hijo Martín está en la sub-15 loína en Santiago, actualmente está solo en Calama, sus hijos están más grandes y dice que "ellos están felices y orgullosos porque esto era lo que esperaba", cierra un Rodrigo Pérez que está feliz en Calama y que espera ascender con los mineros.