Redacción - La Estrella de Antofagasta
El Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Antofagasta impuso una pena única y efectiva de 17 años de presidio mayor en su grado máximo, a un poblador condenado por delitos reiterados de violación propia e impropia.
El fiscal Gonzalo Pino Ramírez acusó a Danilo Páez, de 53 años, por los hechos que tuvieron como víctima a su hijastra, la que a consecuencia de ello resultó embarazada.
La acusación estableció que desde el 2013, cuando la menor tenía 13 años, el condenado aprovechó que mantenía una relación de convivencia con su madre por más de una década, debido a lo cual vivían en el mismo domicilio, en el sector norte de la capital regional. Allí, aprovechando que se quedaba a solas con la adolescente, comenzó a accederla carnalmente y la conducta se repitió con una frecuencia de una o dos veces por semana, producto de lo cual la menor tuvo una hija el 2017.
En el juicio el acusado renunció a su derecho a guardar silencio y reconoció los hechos, pero responsabilizó a la víctima de éstos, indicando que era ella la que lo buscaba y que en la primera relación que tuvieron él prácticamente fue "obligado". Respecto a esto último, con la prueba fiscal se estableció que en ese entonces la afectada tenía menos de 14 años.
La madre de la menor declaró que cuando inició la relación con el acusado, el 2006, su hija tenía 6 años y que ella además tenía otros dos hijos. Ambas relataron que el padrastro los maltrataba y era muy estricto y los niños debían hacer las tareas del hogar, ya que la madre trabajaba y regresaba tarde.
A ello añadió que sólo cuando supo lo que su conviviente hacía con su hija entendió la relación que tenía con ésta, ya que a ella la trataba de manera diferente al resto y se oponía tenazmente a que pololeara o saliera con alguien.
La víctima, actualmente de 18 años, narró los actos cometidos del acusado, a quien al momento de iniciarse las agresiones sexuales veía como un padre. Dijo que luego de cumplir 13 años el acusado comenzó a accederla carnalmente y siempre cuando su madre no estaba en casa. En la medida que fue creciendo trataba de esquivarlo, pero no podía porque él tenía mucha fuerza .
Incluso, cuando él quería agredirla y estaban cerca sus hermanos, los mandaba a hacer los deberes de casa en el primer piso y a ella la mantenía en el segundo. Además, la amenazaba que si contaba algo lo negaría todo y ella sería expulsada de la casa.
Cuando notó que tenía retraso en su periodo, comenzó a darle hierba y jarabes para que perdiera al bebé.