Foto denuncia: Cámara sin tapa en el centro
Esta cámara se encuentra sin su tapa y está acumulando agua en la esquina de Ossa con Baquedano. La situación además, produce un aroma bastante desagradable que afecta a los transeúntes.
Esta cámara se encuentra sin su tapa y está acumulando agua en la esquina de Ossa con Baquedano. La situación además, produce un aroma bastante desagradable que afecta a los transeúntes.
Este hoyo está haciendo de las suyas en calle Blanco Encalada, entre Copiapó y Coquimbo. Los vecinos del lugar esperan que lo puedan reparar pronto.
Señor director:
Quiero agradecer al Hospital Regional de Antofagasta, el haberme entregado lentes para mi cuidado visual, a través del Programa AUGE.
Me preocupa y espero que en los distintos consultorios existan horas de atención para los diversos especialistas, pues si se van a concentrar estos únicamente en el Hospital Regional, nosotros los usuarios, tendremos mayores dificultades, pues no se trata de ahorrar, sino de dar atención oportuna. El hospital no es un consultorio, ya que los consultorios están hechos para atender a las personas de su entorno, que son alrededor de 15 a 20 mil personas.
Me tocó vivir la experiencia y hemos llegado al hospital a las 9:45 horas y tenía cita a las 10:00. Y por el sistema, salimos a las 14:00 horas. Ojalá esto se pueda superar.
No es una crítica, sino una opinión en beneficio de nosotros los pacientes y del excelente personal que tenemos en tan hermoso hospital.
Jorge Raúl Díaz Pacheco
Estimado director:
Lo más probable es que a todos nos ha pasado, más de alguna vez, que las recetas de los médicos que consultamos son ilegibles, por lo que nos entregamos a los dones de quien nos atienda en la farmacia, para que descifre el nombre correcto del remedio. Bueno, esto no pasó con una guagua a quien su pediatra le recetó Trioval (para el resfrío) y en la farmacia a sus padres le vendieron Tramal (fuerte analgésico para mayores de 16 años y no aprobado para uso pediátrico), resultando intoxicada.
Se podrían dar muchos consejos para evitar estos garrafales errores, como leer la receta en el momento que el médico la extiende, nombre de remedios, las cantidades a tomar, días del tratamiento, etc., y si no se entiende nada, pedir que se haga más legible.
Otra forma sería que el médico incluyera en el texto de la receta la dolencia del paciente, edad, para que la farmacia tenga otros datos para atender correctamente la receta.
Muchas veces hemos alabado las facultades de los dependientes de las farmacias, para entender estos verdaderos "jeroglíficos médicos", pero con el delicado caso de la guagua intoxicada queda demostrado que no son infalibles, por lo que pueden ocurrir verdaderas tragedias.
Luis Enrique Soler Milla