El jardín secreto de la Chimba Alto
A punta de palets y madera, los propios vecinos crearon un espacio verde en el desierto donde ellos comparten, juegan brisca y comen asado. Lo que piden: que no los saquen del lugar y que aporten más plantitas para embellecerlo más aún.
Fue un día, hace aproximadamente unos seis años, que Omar Barrera, apodado el "Yipi" en La Chimba Alto, decidió darle otra cara a la esquina de Hilda Cruz Colina con Pablo Neruda. Ahí no había nada, salvo el peladero de desierto que aún espera una urbanización y mucha basura (lo comentamos en Mi Barrio el martes) con escombros tirado a la orilla.
El "Yipi" tomó un carrito, unas plantas que tenía en su casa y comenzó a crear un pequeño jardín en ese trozo de desierto. De ahí la cosa fue creciendo tanto que hoy es una verdadera plaza para los vecinos de ese sector de Antofagasta.
"Son puras cosas recogidas que la gente bota para atrás y ahí se ha armado todo esto", cuenta don Omar Barrera, quien a punta de palets y aportes de los mismos vecinos fue armando esta especie de "jardín secreto" donde todos comparten. Dentro hay muchas plantas, un columpio para los niños, bancas y mesas para pasar la tarde, todo reciclado.
En las tardes, cuando el "Yipi" le saca la llave al portón de esta pequeña plaza (lo mantiene cerrado porque, dice, los perros se meten a romper las plantas), los vecinos se acercan. Juegan brisca en la mesa, echan la talla, hacen un asado, conversan, escuchan música. Entre todos van armando lazos que fortalecen la convivencia de la calle.
"Es una buena iniciativa", opina el vecino Héctor Ángel, trabajador de la locomoción colectiva. "En el desierto hay puro arenal y ver una cosita verde así, es bonito. Antes era todo basural acá, y ahora no, es un espacio bonito, agradable", dice.
Para regar las plantas, el gestor de la idea de este jardín saca agua de su casa -ubicada a unos pocos metros de ahí- o le pide ayuda a los vecinos con unos tambores. Prácticamente el 80% de las especies arbóreas fueron donadas por los habitantes de Hilda Cruz Colina y sus alrededores. "Es bien relajante, prácticamente vengo todos los días", dice Omar Barrera. "Cuando termina la novela, vengo para acá a echar la talla".
Aportes
Aunque dice que ha invertido plata y tiempo en este lugar, don Omar dice que la gente no quiere invertir en el lugar porque le da miedo que en cualquier momento alguna institución venga y los eche abajo. Mientras tanto, sigue esperando aportes de plantas y arbolitos para mejorar esta iniciativa autoconvocada por los vecinos.
"Voy a seguir hasta que me lo boten. El día que me lo boten, tenga por seguro que voy a llorar de la pena que me va a dar", dice el creador de este espacio vecinal.
Por ahora este "jardín secreto" está abierto para todos los vecinos, pero hay una restricción con los niños, porque hay tablas y clavos que están sueltos, lo que podría ser un riesgo para ellos. Una vez ordenando el lugar (hay unos vecinos que tienen que retirar cosas de la pequeña plaza), asegura el "Yipi", instalará más juegos y diversiones para los menores. En eso está, recibiendo más ayuda. "Me encantaría colocar jueguitos más que nada, plantitas, arbolitos", cuenta el vecino de La Chimba Alto que creó un jardín en la mitad del desierto.