1926: el crimen de Irene Cabrera
José Ignacio Contador estaba de visita en el hogar de Irene Cabrera (35), dueña de casa que vivía en calle Iquique. El sujeto, que era comerciante ambulante, fue en compañía de una comadre de Cabrera y, una vez presentado, se pusieron a beber alcohol. Según relata la crónica de "El Mercurio de Antofagasta", la mujer y su esposo, Carlos Jorquera, lo dejaron dormir en la casa. Al día siguiente, 1° de Noviembre de 1926, Irene Cabrera fue al patio de la casa, a eso de las 3 de la tarde. Contador fue también, y le disparó cinco tiros.
El parte policial narra que el asesino estaba borracho y arrancó hacia los cerros con su pistola. La orden de detención de parte del Segundo Juzgado del Crimen salió al día siguiente, con la siguiente descripción: "José Ignacio Contador. Regular contextura, blanco, le faltan dos dientes, ojos claros, velludo". El 15 de noviembre, el agente Luis Vergara, de Investigaciones, notificaba al Juzgado que el sujeto había sido encargado a todo el personal, "el que ha hecho numerosas investigaciones, sin lograr encontrarlo". Publicaron avisos en "El Industrial": nada. Otro más, el 15 de febrero de 1927: tampoco.
El 18 de agosto, el expediente se va a Iquique y en noviembre, sin sentencias ni culpables del crimen, el proceso se archivó.
Los proyectiles y las vainillas que se encontraron en el sitio del suceso fueron tomados por la policía, y hasta hoy se mantienen guardados en el Archivo Nacional, a casi 92 años de lo ocurrido.