Apelan a decisión de facilitar sede a hijos de María Elena
Fallo de la Corte de Apelaciones había permitido acceso a segundo piso de sede en el Salar del Carmen, pero ahora está en duda.
El viernes de la semana pasada, la dirigenta del Centro de Hijos y Amigos de María Elena, Luisa Lambert, estaba muy contenta. Un fallo de la Corte de Apelaciones de Antofagasta acogía el recurso de protección en contra de la Municipalidad de Antofagasta, que les permitía volver a ingresar a su sede en el Salar del Carmen, luego de que les cambiaron la chapa en septiembre del año pasado.
Se lo contamos en "La Estrella" del 10 de abril pasado: en Colombia 842 hay una sede donde está la Junta de Vecinos, el segundo piso hay un espacio para los eleninos y otro lugar para Sorenial. La municipalidad entregó en julio el comodato a la Junta de Vecinos y en agosto se les pidió entregar las llaves. Desde que un día no pudieron entrar con su llave, el Centro de Hijos y Amigos de María Elena quedó sin sede.
"Las puertas de nuestra sede van a estar abiertas para todos, para alguna gente que necesite de algo, cuenten con nosotros, porque nosotros los pampinos, somos pampinos de corazón", decía doña Luisa en la Plaza Colón, el viernes pasado. La abogada de la agrupación Acción Mujer Antofagasta, Fabiola Rivero, señalaba que el recurso de protección porque "evidentemente acá se están vulnerando una serie de derechos humanos de la agrupación que está conformada mayoritariamente por mujeres mayores", dijo.
Apelación
Sin embargo, aunque el fallo de la Corte de Apelaciones del 14 de junio declaró que debe respetarse el uso del segundo piso de la propiedad de Colombia 842, y "debiendo velar la Municipalidad de Antofagasta porque se respeten los horarios y días de uso", la Municipalidad puso un recurso de apelación en contra de la sentencia.
Según el texto presentado el miércoles por la casa edilicia, el actual comodato a la Junta de Vecinos del Salar del Carmen permite que otras agrupaciones puedan utilizar el inmueble, "en especial al Centro de Hijos y Amigos de María Elena, cláusula que además permite expresamente que las partes, incluido el Centro, puedan firmar documentos que determinen el horario de uso del lugar ya señalado".
Dániza Ocaranza, presidenta de la Junta de Vecinos del Salar del Carmen, dice que nunca le han dicho a los eleninos que no podrían tener facilidades. "Nunca se han acercado a nosotros, ni siquiera a mandar una carta, llamarnos por teléfono, nada", dice.
La llave, por cierto, la tiene aún la Junta de Vecinos dada la autorización por el comodato.
-¿Y si llegan las señoras de María Elena se les va a abrir la sede?
-Lógico que se le va a abrir, si ellas tienen el derecho de ir, conversar, decirnos 'señora Dániza, nosotros vamos a ir a hacer una sesión, hacer una actividad'. Se les va a dar todas las facilidades.
En cambio, la concejala Doris Navarro, quien patrocina la causa de las eleninas, dice que hay confianza. "Nosotros vamos a ir hasta las últimas, a la Suprema", explica. "Allá en Santiago no toman a la ligera a la gente adulto mayor, yo creo que va a haber un no (a la apelación) rotundo".