Ingeniero forestal cuenta por qué este arbolito se puede morir en el pavimento
Vecina dice que esos pimientos son un problema: vienen a defecar, tirar animales muertos y hasta se saltaron para robar.
Se pueden ver de lejos. En calle Traiguén, casi llegando a pasaje Hualqui, hay dos pimientos a los que literalmente les pasaron el pavimento por encima. Los gruesos troncos están ahí aguantando lo que pueden, porque no tienen un mínimo espacio para hidratarse. Francisco González, ingeniero forestal que en el 2015 administró el Estadio Regional cuando recibimos la Copa América, dice que las probabilidades que esos pimientos sigan creciendo son súper bajas.
"Le están bloqueando el único órgano que sirve para nutrirse, para hidratarse y para intercambiar gases", cuenta el experto, quien cuenta que haberle echado cemento encima hasta la misma corteza limitan las tres funciones que tiene el arbolito para seguir viviendo.
¿Pero y echarle agua encima, arribita, no sirve? González explica que las raíces son los únicos órganos de los vegetales encargados de la absorción, así que ni los tallos ni las hojas van a absorber nutrientes. "Hay que generarle condiciones", dice sobre los árboles pavimentados de calle Traiguén.
Con respecto a la sobrevivencia de un árbol en una ciudad donde lo que más hay es cemento, el ingeniero forestal explica que lo ideal es que se les pueda dejar un espacio con tierra de un metro de diámetro. O sea, 50 centímetros de lado y lado. "Lo mínimo es un metro de diámetro que le permite al árbol tener la posibilidad de alimentarse como cualquier ser vivo para poder vivir", dice.
Los árboles, conocidos como pimientos bolivianos según el ingeniero González, es una especie nativa que es parte del patrimonio nortino. "En cierta forma estamos echando por tierra y matando nuestro propio patrimonio, porque es parte nuestra".
Sí, pero...
La vecina Zunilda Alfaro es dueña de la casa donde pavimentaron los pimientos y cuenta que los arbolitos se han transformado en una molestia, sobre todo porque se transformaron en un imán de desconocidos que se acercan a hacer pipí, defecar y hasta tirar animales muertos. Eso pasaba mucho tiempo atrás, cuando la vereda era un tierral.
"Cuando arreglaron la calle, no pavimentaron (la vereda). Así que por la de nosotros juntamos una platita y pavimentamos acá porque esto era pura tierra", explica la vecina, quien dice que de todas formas los árboles sirven para que los tipos hagan de las suyas. "Todos los días hay basura acá, no sé que podemos hacer", dice.
Lo peor de todo, explica la vecina Zunilda, que hasta se han subido por el árbol para meterse a robar a la casa. Se encaramaron al tronco y de ahí saltaron para llegar adentro. En el fondo, son sentimientos encontrados. A ella le gustan los árboles, pero son un problema para la calidad de vida. "Son bonitos, a mi me encantan, pero no se puede mucho estar", dice.
-¿Y porqué no corta el árbol no más?
-Porque la otra vez fuimos a la muni y nos dijeron que no podíamos hacer nada.
Después de que se saltaran los árboles para meterse a robar, la vecina tuvo que poner unas calaminas para evitar que vuelva a ocurrir. Con la Junta de Vecinos, explica, está el acuerdo de poner cámaras en el sector para reforzar la seguridad.
Los árboles siguen ahí, sin riego tampoco, pero no tienen para mucho tiempo, dice el ingeniero Francisco González. Ahora, para entender cómo sobreviven, González dice que quizás "esté sacando agua de una napa freática o de alguna rotura que hay por ahí", pero que con el cemento encima es como si estuviera acogotado. "Desgraciadamente le están haciendo un torniquete... sin que él lo pida", concluye.