Ignacio Araya
Hace dos años que en los patios de las casas colindantes a la esquina de Puerto Natales con Peñuelas comparten el desagradable mismo problema: una alcantarilla colapsada tiene, literalmente, una laguna de excremento y aguas servidas en el patio. En la vivienda de Luis Troncoso el problema es mayor porque da la casualidad que su comedor está apenas unos metros de la famosa cámara, lo que implica desayunar, almorzar y tomar once como si lo hiciera en la taza del baño.
Tan asqueroso es el olor que incluso la nieta del vecino Luis -una guagüita que nació en enero- tuvo que irse a vivir a otro lado con su mamá. "Esto sucedió por la venta de un terreno que el alcantarillado quedó en la casa colindante. La alcantarilla la cerraron porque hizo una nueva y eso colapsó las cámaras de la casa mía", dice don Luis.
El problema es que como vendió ese terreno, no se puede ir a meter a arreglar porque no es su alcantarilla. "Y la señora (que vive ahí) no permite que limpien por la casa de ella porque Aguas Antofagasta viene a meter el sistema de limpieza con el alcantarillado y ella no da permiso", asegura.
La solución sería, según Luis Troncoso, hacer una "conexión comunitaria" y contratar a un gásfiter que haga la pega en su casa, "pero si lo hago por Aguas Antofagasta tiene que ser de manera legal por un contratista. El trabajo vale 6 millones de pesos. Yo no tengo como hacerlo y mientras no tenga como hacerlo, la caca va a seguir ahí".
Una cañería de nadie
"Mire las moscas cómo andan", dice la vecina Juana García cuando "La Estrella" entra al patio de su segundo piso. Ella asegura que Troncoso le vendió el terreno con la promesa que el alcantarillado igual iba a ser suyo, pero no habría sido así y quedó con la tubería acoplada. "No quiso ponerse para allá porque cobraban 500 mil pesos para poner la red de alcantarilado. Y no quiso, quedó acoplado ahí. Y más encima, él tenía acoplado al tío", dice.
Mientras las moscas danzan en medio del patio, doña Juana responde a las acusaciones de su vecino con respecto a su impedimento que destapen la cañería. "Yo me aburrí de darle la pasada (a Aguas Antofagasta) para que destaparan, porque este es negocio también (ella tiene un almacén en la casa). Me tapaban la cocina a veces, salía toda la hediondez", asegura. Tantas veces fue la gente de Aguas Antofagasta, que hasta un mueble se hizo tira de tanto moverlo para entrar a la cañería.
Nos contactamos con el Arzobispado de Antofagasta, propietarios de otro terreno colindante, que tiene una puerta que da directo con la laguna de agua servida. Ellos aseguran que "no corresponden a desperfectos presentados por el alcantarillado de nuestro inmueble" y que el colapso viene de la famosa cámara compartida de dos domicilios.
Asimismo, el Arzobispado destaca la ordenanza 2308 del 27 de marzo de 2018 de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, que indica que "los propietarios tienen la obligación de conectarse a la red de alcantarillado desde su propia vivienda".
Arriba, en el segundo piso, la señora Juana tiene los manteles y la ropa lavada secándose en la pieza. Para que no se pegue el olor.
Lo que dice aguas
Aguas Antofagasta dijo que con los vecinos de Puerto Natales esquina Peñuelas ha tenido "diversas conversaciones y reuniones con los residentes del sector, con el fin de entregarles una solución definitiva a su conexión al alcantarillado, generando proyectos y diseños viables para ayudarlos".
La sanitaria dice que, hasta ahora, no hay una respuesta por parte de la comunidad ante las soluciones presentadas. De paso, la empresa recalca que ellos no tienen responsabilidad en el tema, "pero aún así hemos agotado todas las instancias para subsanar el impacto en el menor tiempo posible".