Cristian Puebla H - La Estrella
Ayer se cumplieron trece días desde que un grupo de diez pequeños integrantes de una escuela de fútbol en Tailandia, junto a su entrenador, quedaron atrapados en una cueva tras las fuertes lluvias monzónicas que han azotado a esa nación asiática.
Desde esa fecha, enormes volúmenes de agua se bombean fuera del complejo de la cueva, pero los pasadizos angostos y sinuosos en su interior todavía están inundados, lo que significa que bucear a través del agua turbia es actualmente la única forma de entrar y salir del lugar, y para tener éxito un grupo de expertos ya partió con la tarea de enseñar a bucear a los menores.
Para conocer mayores detalles sobre el operativo y ver las factibilidades de un exitoso rescate, el reconocido instructor en buceo antofagastino, Eduardo Arancibia, entregó algunos puntos a considerar.
"Lo primero que quiero decir es que aprender a bucear en condiciones normales no es difícil, porque hay un programa de graduación de las técnicas, clases teóricas e inducción de seguridad. Se trabaja en lugares cerrados (piscina), así como también hay una preparación mental de auto control", sostuvo el experto.
Realidad
Ahora enfocándolo a la realidad que hay en Tailandia con los pequeños, Arancibia manifestó que "sobre evacuar o quedarse en la caverna habría que evaluar, pensando en los riesgos y la salud física y mental asociados a la evacuación de la caverna".
Un factor determinante, agrega el profesional, es saber las características de la caverna, la visibilidad, profundidad, extensión de ésta y el tiempo aproximado de buceo a realizar, porque dependiendo de esto se podría hacer una planificación de evacuación", sostuvo Arancibia.
Cabe destacar que el buceo en cavernas o cenotes es especializado. "Como opinión personal y desconociendo las características del lugar y la zona, y pensando siempre en la seguridad de los menores, solo realizaría la evacuación buceando en caso de riesgo mortal.