El guardián que desafía la altura y las distancias
"Rifo" llegó hace 2 años al Retén Tocorpuri (F) y hoy ya es uno más de la dotación de ese apartado destacamento de la Prefectura El Loa de Carabineros.
Han pasado dos años desde su llegada y ya tiene más que ganado su sillón.
Justo frente a la puerta de acceso del Retén Tocorpuri (F), con una mantita artesanal ad hoc a su lado, "Rifo" recibe a los escasos visitantes del destacamento con cortesía, pero policial seriedad.
Es un mestizo de pelo largo negro, pero en su pecho destaca una "pechera" blanca que finalmente se convierte en su zona más acariciada. Eso sí, sólo cuando ya ha dado muestras de confianza.
Y es que pese a no fue preparado precisamente para labores policiales, él se encarga de demostrar a los desconocidos que lo suyo es el rigor y que recibe órdenes sólo de sus camaradas de verde.
Transcurridos unos necesarios minutos y cuando ya ha constatado que las visitas no andan en algo malo o extraño, saca toda su alma de niño travieso y aventurero. "Rifo" es, en realidad, un tierno guardián de la soberanía que se toma en serio su deber, pero muy a la ligera las reglas.
Si los 4.224 metros sobre el nivel del mar en los que está emplazado el retén no son para él un problema, menos lo son las distancias. Su historial así lo confirma.
"Está más delgado, es puro pelo. Le gusta andar detrás de las vicuñas, los llamos, los zorros", cuenta el sargento 1° Pablo Rojas Astudillo. "Los corretea...no los puede ver", agrega recordando que precisamente ese fue el motivo por el que los vecinos de Machuca, el poblado más cercano al destacamento, lo regalaron.
"Ha llegado hasta Calama. De aquí nos sigue de repente hasta el cruce y de ahí, cuando bajan los vehículos, los transfer, se sube y llega hasta Machuca", dice riendo el sargento 1° Eduardo Valenzuela Basoalto.
Su espíritu de explorador de las alturas lo llevó hace un tiempo hasta Calama. "Estuvo como un mes perdido. Nosotros no pudimos encontrarlo y después alguien lo vio y lo trajo hasta Machuca", relató.
Su última gracia la hizo la semana pasada, cuando "viajó" a San Pedro de Atacama por una semana hasta que finalmente llegó la Segunda Comisaría. "Desde allá nos llamó mi capitán para avisar que teníamos que ir a buscarlo".
Lo bueno de todo esto- afirmaron los suboficiales - es que los buses turísticos ya lo conocen y se lo llevan de vuelta al retén cuando lo encuentran en medio del camino.
Pero "Rifo" no escarmienta. "Es porfiado, a veces uno va saliendo y trata de meterlo y sale arrancando, porque sabe que lo metemos para que no se vaya", lo delata Rojas.