Esta plazoleta llena de orgullo a los vecinos de la Bonilla Bajo
El espacio está pronto a cumplir un año, un recinto levantado por los mismos pobladores para toda la comunidad.
Por su traducción en aymara, la palabra "kurumi" significa "arcoiris" y precisamente es la mejor forma de calificar este lugar, algo así como un espacio lleno de colores.
Ese nombre fue el que escogieron los vecinos de la población Bonilla Bajo, unidad vecinal 71 para hace un año bautizar un ex peladero que recuperaron, el cual transformaron en un plaza para toda la familia.
Y cuando la plazoleta está a punto de cumplir un año de vida -el 12 de agosto celebran esa fecha- es algo que los sigue llenando de orgullo. Esto porque únicamente les bastó ponerse de acuerdo y en sólo 12 horas lograron instalar por sus propios medios juegos infantiles, neumáticos pintados y también plantar árboles.
Más allá del espacio como tal, lo que más enorgullece a los pobladores fue la capacidad de lograr frutos si es que se organizan y trabajan en unidad.
Así lo explica el presidente de la Junta de Vecinos Bonilla Bajo, Hugo Sepúlveda, quien señala que "ese era un lugar mal ocupado, con basura, estacionamiento de vehículos y donde se juntaban a fumar. Dentro de los proyectos que tuvimos con la directiva era hacer algo por la calidad de vida. En un día de trabajo, en 12 horas, pudimos concretar este parque".
"Esto le dio una nueva cara, se convirtió en un lugar de esparcimiento para todos los niños de alrededor", añade el presidente vecinal, quien además dice que gracias a ello bajaron bastante el número de 'fumones' que antes se veían en el espacio.
Ahora, esa imagen fue sustituida por la de pequeños jugando, considerando que en las cercanías del espacio -que está en calle El Roble con Sargento Enrique Coke- se ubican cuatro jardines infantiles y también tres establecimientos educacionales.
Alberto Rozas es un vecino que también ha colaborado en el equipo de trabajo de la población, quien destaca que "esto ha sido gracias al apoyo de los vecinos que ha creído en su directiva y por ello fue posible hacer realidad este espacio verde".
También explica que para la mantención del lugar "al principio comenzamos regando con mangueras de nuestras casas, pero después instalamos un estanque con un sistema de riego por goteo", lo que permite así conservar los arbolitos donados por la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Guillermo San Francisco es director de la JJ.VV. y señala que por más de 40 años el lugar estuvo abandonado, hasta que en el marco de la celebración del aniversario de la población (fundada el 8 de julio de 1991), se decidieron a tomar el toro por las astas y hacer un cambio.
"Hemos tenido en éxito en este tipo de cosas en base al apoyo de la gente. Nosotros el fin de semana hicimos una poda a los 50 árboles y repintamos los neumáticos", explica San Francisco y añade que esta actividad estuvo enmarcada en la celebración de un nuevo aniversario de la unidad vecinal.
"El domingo celebramos el Día del Niño con concursos, camas elásticas, dulces y nos quedan dos actividades más: una misa del recuerdo para los vecinos que ya no están (domingo 12 en la sede, 11:00 horas) y una exposición del taller de manualidades (mismo día, horario y lugar, pero en el salón número dos)", agrega el dirigente de esta unidad vecinal.