Matías Valenzuela - Diario La Estrella
Y a comenzó a regir la ley que baja el límite de velocidad en las zonas urbanas y que promete reducir en forma importante la cantidad de accidentes vehiculares en sectores residenciales, pero ¿Será tan así?.
Desde el sábado 4 de agosto el límite de 60 km/h disminuyó a 50 km/h. Según han señalado las autoridades relacionadas, la medida apunta a la seguridad de los conductores y peatones, pues al manejar a menor velocidad hay mayor tiempo de respuesta ante un eventual accidente.
Las multas no son menores. Los infractores sorprendidos deberán desembolsar 143 mil pesos, además se les suspenderá la licencia de conducir por hasta 45 días.
Para el docente del Departamento de Mecánica de la USM Viña del Mar, Walter Adrián, esta es una gran medida para reducir la cantidad de colisiones vehiculares, pues hay mayor margen de acción para que el conductor evite una colisión o atropello.
"Es una buena medida, desde luego. Tener el hábito de conducir más lento en una zona urbana podría disminuir en un 5% aproximadamente el índice de accidentes debido a que hay más tiempo para reaccionar", explica el facultativo.
Para ilustrar su opinión, el académico explica que cuando un vehículo frena a 50 km/h puede detenerse en 12,5 metros; si el vehículo corre a 60 km/h, puede frenar en 18 metros. Ahora, si hablamos de un vehículo que avanza a 100 km/h, se puede detener en no menos de 50 metros. "Es una escala exponencial", explica.
No basta con legislar
Más allá de celebrar la iniciativa, el profesor Adrián recalca que para poder generar cambios reales, hay que fiscalizar para que se respeten las nuevas reglamentaciones, entre otras medidas complementarias.
"Hay un dicho que dice 'Si la muralla es baja, la gente brinca'. Vayan a pararse a Libertad con 1 Norte, las micros de la locomoción colectiva pasan hasta con luz roja, ¿Dónde está la gestión de la ley o del juez de impartir una pena que realmente se cumpla?. Si las penas de control de tránsito se aplicaran en forma efectiva, no habría tanto accidente, hay que aplicar una multa grande, así nadie se va a pasar de los límites", expresa.
Como medida de apoyo, el profesor sugiere reforzar la sincronización de los semáforos, para evitar embotellamientos.
¿cuánto valen 10 kms?
Una opinión más crítica es la que expone Jaime Bravo, ingeniero en tránsito y presidente de la Asociación Latinoamericana de Capacitación e Ingeniería Vial (Alaci). El experto pone en duda que esta medida ayude a reducir el número de siniestros en las calles.
"Durante bastantes años se estuvo pensando en levantar el límite de velocidad de 50 a 60 kilómetros por hora, y cuando esto se hizo, no existen datos categóricos que puedan decir que esto generó prejuicios en materia de accidentabilidad, porque cuando uno consulta las estadísticas de Carabineros de Chile, evidentemente uno se puede dar cuenta de que los problemas o causas-productos de la velocidad no superan el 8% de los accidentes en Chile. Eso está claro y se puede revisar en las estadísticas", sentencia.
Sobre el anuncio de la medida, el especialista indica que se trata de una maniobra más publicitaria que práctica. "Me parece una maniobra mediática, bastante económica, que hace ver a la población que se están haciendo cosas. Esto no va a tener un efecto importante, y en dos meses más ya no vamos a estar hablando de esto, como pasó con los chalecos reflectantes, la silla para niños y otros casos parecidos", enumera.
Al consultarle por una solución más efectiva, el presidente de Alaci es enfático: la educación y cultura del conductor, pues "la gente vive como conduce", según él mismo consigna.
"Yo he investigado cientos, hasta miles, de accidentes en mi vida, y me sorprende que digan que al bajar las velocidad en diez kilómetros se reduzca la posibilidad de muerte en un 100%, eso me pareció espectacular", ironiza el ingeniero, agregando que transitando a 20 kilómetros por horas ya es suficiente para matar a un peatón en el eventual caso de un atropello.
Alimentando su postura, Bravo adelanta que efecto secundario de esta medida es el aumento de la congestión vehicular.
"Lo que va a generar son espacios de hacinamiento, y la gente cuando está mucho tiempo en un taco, pasa el mismo efecto que cuando un grupo va apretado en una ascensor, se abren las puertas y salen todos disparados. Van a haber mayores niveles de congestión. Es muy probable que haya un efecto de apurar las velocidades", vaticina.