Descubrieron un nuevo geoglifo entre las planicies escondidas de Chug Chug
Sería una "chakana", pero no darán más detalles hasta estudiar con profundidad la milenaria figura.
Mientras los profesionales de la Fundación Desierto de Atacama trabajaban con drones en los cerros del Parque Arqueológico Chug Chug -en la comuna de María Elena, considerado el tercer lugar con más geoglifos en el mundo después de Nazca y Pintados-, descubrieron en una de las planicies del desierto un geoglifo que no tenían en sus registros. Era una "chakana", conocida como "cruz andina", rombo escalerado de tres pisos de cinco metros de largo y cinco de ancho, que estuvo escondida hasta la semana pasada.
Con el hallazgo, en vez de 18 sitios contabilizados con unos 500 geoglifos, ahora tienen 19 sitios. "Es un geoglifo que está en plano, está muy deteriorado por el paso del tiempo y está cerca de una huella vehicular que usaron mucho antes que nos instaláramos con el campamento", cuenta Claudia Montero, coordinadora del área arqueológica de la fundación. "La gente que anda en vehículo no lo nota porque están en plano sobre la pampa, entonces no los pueden distinguir", explica.
¿Y porqué no lo pilló Google Earth? "Es capaz, pero no llega al nivel de detalle de algunos de los geoglifos, porque a diferencia del Cerro Unita, que está en Tarapacá y tiene 70 metros de largo, los geoglifos acá en Chug Chug tienen a veces un metro de largo hasta 25 metros de largo. Ese geoglifo está tan dañado que la fotografía aérea de Google Earth o de plataformas satelitales no da el detalle", dice Montero.
Sin embargo, pese al importante descubrimiento, las fotografías del geoglifo prehispánico tomadas por los drones no serán reveladas aún, debido a que las comunidades indígenas desean realizar un estudio detallado. Lo que se sabe es que está junto a un sitio ceremonial donde se realizan tradicionales ritos de pago a la tierra. "Se está revisando qué dimensiones tiene y a qué etnia podría corresponder. Yo creo que de aquí a un par de meses ya tendríamos definido y se podría mostrar la fotografía, pero es muy reciente el descubrimiento", dice Esteban Araya, coordinador general del parque Chug Chug.
El presidente de la comunidad aymara de Quillagua, Víctor Palape, dice que el estudio es necesario para tener certeza de su significado, "porque es diferente a los otros que están en Chug Chug", explica, agregando que "el parque tiene muchas cosas que no se han descubierto todavía".
Rutas
En tanto, la Fundación Desierto de Atacama con las comunidades indígenas estudian el diseño en conjunto de dos nuevos senderos patrimoniales que ampliarían la oferta turística en el parque arqueológico, donde actualmente hay un circuito que mide 1 kilómetro y que permite a los visitantes observar el sitio principal de geoglifos.
La profesional Claudia Montero dice que se evalúan dos rutas que se recorrerán a pie: uno de 2 kilómetros y otro de 8. El prioritario, que podría estar listo en mayo de 2019 si es que todo sale bien, es el corto. "Permitiría recorrer parte de la ruta tropera y el mirador de geoglifos", explica. El más largo está pensado a más largo plazo y aún no tiene un recorrido definido, pero podría llevar hacia los geoglifos ubicados más al sur. "Parte de la evaluación considera la pertinencia de que sea por ahí o no".
Sin embargo, no es llegar y abrir una ruta en Chug Chug. Los geoglifos son tan delicados que la idea es no afectar ninguna de las figuras que hicieron los pueblos precolombinos. Actualmente, deben realizarse en conjunto con las comunidades aymara y atacameña, quienes tienen la concesión del histórico sitio. Víctor Palape, de la comunidad de Quillagua, está de acuerdo con mostrar cómo transitaban sus ancestros, pero dice que hay que trabajarlo. "Estamos revisando para ver lo que va a quedar y lo que no va a quedar. No podemos hacer ningún tipo de daño al parque", asegura.
En tanto, Esteban Araya comenta que se está estableciendo la capacidad de carga para saber cuánta gente puede asistir. Comenta que se puede hacer algo similar a la aldea de Tulor. "Que tenga madera, que el turista camine por sobre la madera y no haya impacto significativo", piensa.
De todas formas, Claudia Montero dice que hay que continuar evaluando para poder habilitar un sendero. "Hay una amplia posibilidad de que el próximo año contemos con un solo sendero con posibilidad de habilitación próxima y el otro esté más diseñado y pensado de manera de habilitarlo en el mediano plazo. Pero la idea es igual ir abriendo distintos espacios en el parque que puedan ser recorridos".