Más de 2 mil textos esperan en el Bosque Escondido antofagastino
Aplaudida intervención ecologista lleva meses desarrollándose con la colaboración de la comunidad. Su inventor dice que son decenas los que quieren sumarse al curioso proyecto.
Entre palés reutilizados como libreros y cerca de un ondero conjunto de sillones de cuero negro... cuentos, novelas, enciclopedias y best sellers de diferentes estilos demandan ser leídos. El espacio se mantiene fresco aún cuando el sol atiza, y desde sus ventanas -o más que "ventanas", aberturas- sobresale frente al pardo de las secas vertientes de la Quebrada Carrizo, un verdecito vergel.
La imagen la soñó Ramón Zavala Tapia, antofagastino que lidera la intervención de este oasis cultural perdido entre la Coviefi y la Avenida de la Minería, o, como él prefiere llamarlo: el Bosque Escondido.
"Ese lugar se había convertido en un basural. Y lo que empezamos a hacer fue una limpieza, y descubrimos que ahí todavía existía un poco de vegetación y habían unos peces... Así que decidimos rescatarlo", recuerda Zavala.
Y en su convencimiento arrancaron plantando unos árboles que donó Conaf, para que el asunto empezara a tomar en los primeros meses del año 2017.
Vegano y ecologista, Ramón participó tiempo después en otro operativo de limpieza cuando encontró una caja con libros abandonados. Iba a retirarlos pero mirando el paisaje la epifanía llegó. Se planteó darles un último uso y habilitó un lugar con sombra para que quienes fueran a caminar por esos lares encontraran un reposo.
"Fue como en octubre [que] comenzó esta idea de crear esta biblioteca, que fue con puros palés que eran de las ramadas en septiembre (2017)... Comenzamos a crear la biblioteca y la gente empezó a motivarse al ver que llegaban libros. Y los mismos que tenían en sus casas, ellos empezaron a donarlos y ahora todo lo que tenemos ahí es por donación de esos libros, de sillones, de algunos muebles que comenzaron a llegar... Hasta que tomó forma esto de la biblioteca", recuerda Ramón.
No fueron pocos los medios que hicieron eco de la idea, lo que ocasionó que en poco tiempo decenas se enteraran y tomaran contacto por sus redes sociales para colaborar.
Son varios los que hoy agradecen visitar el lugar: "Maravilloso, un lugar que se estaba perdiendo y ahora gracias a esta persona recobró vida nuevamente (sic)", escribe una de las personas en su página de seguidores.
"Un real orgullo y felicidad que existan seres como tu Ramón.. mil y mil felicitaciones... gracias por hacernos ver lo importante que es la toma de decisiones para un bien común... las próximas generaciones agradecerán esta hermosa iniciativa (sic)", felicita otra usuaria de la red social.
¿su futuro?
Ya probado que la idea fue bastante buena, lo que quedaba entonces era visualizar cómo seguir manteniendo el Bosque Escondido en adelante, y su ilusión fue la de extender el espacio instalando nuevas zonas de relajo que, lógicamente, fueron construidas con materiales reciclados.
"Ahora estamos ampliando a otros sectores. Haciendo sombras con los mismos materiales que dona la gente...", explica.
Pero, ¿quiénes son los miembros de esa comunidad? Explica que son voluntarios que siempre llegan por su lado, separados unos de otros, pero unidos en la voluntad de sumarse. "Un día aparece alguien que viene con unos libros y para mí ya son parte de la comunidad. Todo lo que está construido ahí en realidad lo he hecho solo, pero me gusta hablar de comunidad porque es la gente la que me dona las cosas para después construir", comenta.
Eso sí, los operativos de limpieza suele realizarlos con chiquillos de la oficina municipal Antofagasta Joven, quienes coordinan las salidas hacia el terreno que se encuentra cercano al acceso de Sta. Guillermina a la Coviefi.
"Este es un lugar donde no hay nadie de vigilante. Está abierto todos los días, a todas horas, pero es la misma gente que va a visitarlo, la que se sorprende del lugar, son los que lo cuidan [...] En los días de semana siempre van familias a conocer el lugar y aunque hayan ido antes, se ve que se sorprenden de las cosas nuevas que se van creando", cuenta.
¿Qué demuestra el éxito de esto?
-Que la comunidad cuando se junta se logran cosas. Sin tener que por ejemplo pedir financiamientos a empresas o al municipio, o al gobierno. Esto es solo por la motivación de recuperar espacios, que es algo en lo que la gente siempre quiere aportar.
¿Entonces lo principal crees que tiene que ver con juntarse, con compartir?
-Exacto. Faltan lugares de esparcimiento. Por eso la gente valora mucho que se haya creado este lugar. Hasta el momento llevamos un año y seis meses, y hasta el momento no hemos sufrido grandes daños o robos. Hay que pensar que la gente va y se puede llevar un libro, pero lo regresa a la semana o lo cambian por otros libros. Y así poh...
-Este fin de semana me dejaron unas maderas con las que construí un nuevo espacio. Puse unos sillones, unas sombras y unas mesas para que los niños vayan a dibujar con varias cosas.
¿Y a ti te gusta?
-Sí. Yo voy todos los domingos... Además como la gente se coordina conmigo por la página, me dice por ejemplo oye te dejé algo ahí, así que yo sé que el domingo me voy a encontrar con tal cosa, y voy, y trabajo ahí, y me dedico casi todo el día a eso.
Quienes quieran ponerse en contacto por cualquier cosa, su página de Facebook se llama "Bosque Escondido", y también se pueden contactar por la página "Acción Vegana Antofagasta", o a su propio Facebook: Ramón Zavala Tapia.
"Al día de hoy ya tenemos más de 2.500 libros y siguen llegando...", recalca entre risas este orgulloso antofagastino que nunca deja que le den dinero por su causa. Dice que es porque "siempre hemos pensado que es de la comunidad, y si la comunidad se motiva, se transforma esto".