El Estado deberá entregar Cejar a los atacameños dentro de un año
Un año tiene de plazo el Estado de Chile para entregar las lagunas Cejar y Piedra a la comunidad indígena atacameña de Solor, luego de que el Primer Juzgado Civil de Antofagasta ordenara transferir la propiedad de ambos cuerpos de agua.
Esto, tras una demanda interpuesta por Solor contra el Fisco en diciembre de 2016, en la que se señalaba que la lucha por inscribir sus territorios ancestrales se concretó en parte en 2010 con la dictación de un decreto que transfería terrenos a los indígenas, pero no incluyendo las lagunas, sino solamente las Vegas de Cejar, aledañas a las lagunas, fuertemente cotizadas por los turistas.
En resumen, el Estado deberá entregar una superficie de 4.389 hectáreas, además de tener que pagar las costas de la causa que acogió la demanda de los atacameños y que el Juzgado finiquitó el pasado sábado.
Antecedentes
El tribunal acreditó que la comunidad es descendiente del pueblo atacameño y que ha habitado el lugar desde tiempos precolombinos, además del antecedente del informe DATURA, un catastro elaborado en 1998 que determinó los sitios que fueron ocupados en tiempos ancestrales por los pueblos indígenas.
Según Ana Ramos, presidenta de la comunidad de Solor, es "lamentable" haber llegado a esa instancia "para que el Estado tenga que cumplir con sus obligaciones y respetar nuestros derechos ancestrales", explica la dirigenta de la comunidad de la provincia de El Loa.
Otro antecedente que fue acreditado por el Juzgado Civil fue la transferencia, en 2003, de la Laguna Tebenquiche. Ese año, Bienes Nacionales entregó el inmueble fiscal por partes iguales a las comunidades de Solor y Coyo.
A la misma comunidad de Solor se le habían transferido con anterioridad cinco inmuebles fiscales, bajo el fundamento de "tener dominio ancestral sobre los mismos". La demanda detalla que el pueblo atacameño, o Lickanantai, habita los territorios de la cuenca del río Loa, la puna de Atacama en la Argentina y el cantón de Quetena, en Bolivia, por lo que se considera un pueblo indígena transnacional.
El texto del fallo detalla en un párrafo que "la obligación de sanear la propiedad y traspasar los territorios indígenas a los pueblos originarios reconocidos por la Ley N°19.253, se mantiene vigente y en ejecución al no haberse cumplido íntegramente su objeto, cual es el traspaso de la totalidad de territorios que el propio Estado ha reconocido le corresponden a los pueblos indígenas por su posesión ancestral".
Finalmente, la sentencia concluye que "tratándose de terrenos que constituyen territorios ancestrales de la actora y no existiendo impedimiento legal alguno para que el Estado transfiera y con ello reconozca el derecho de propiedad ancestral, es que se acogerá la demanda principal".
Más sitios
Hasta ahora, Solor administra la laguna Cejar mediante una concesión a largo plazo, al igual que varias comunidades atacameñas que se hacen cargo de destinos como el Valle de la Luna o los Géiseres del Tatio. Ubicada a 30 kilómetros de San Pedro de Atacama, es un cotizado destino turístico debido a la salinidad de sus aguas, que permite a los bañistas flotar fácilmente.
Para la presidenta de la Cámara de Turismo de San Pedro de Atacama, Ada Aramayo, la nueva propiedad que tendrá la laguna Cejar no debiera cambiar en nada el normal flujo de turistas. Actualmente, ellos deben pagar $15 mil por ingresar a sus aguas, con derecho a usar las duchas, baños y vestidores que tiene el complejo turístico.
"Creo que van a seguir entregando los terrenos y van a pertenecer a las comunidades", reflexiona Aramayo, mencionando que el tema se ha trabajado desde hace tiempo y que es parte de las ideas que tienen todas las comunidades atacameñas del sector.
Con respecto al trabajo con los visitantes de todas partes del mundo que llegan a conocer los secretos del desierto de Atacama, la dirigenta del turismo dice que en el último tiempo se ha "ordenado" el flujo, con medidas como limitar un número de personas de ingreso a ciertos destinos, como el Valle de la Luna.
"Imagínate si entran 500 personas y no se puede cuidar como corresponde. Después se va destrozando y haciendo más daño, la idea es que nos dure por muchos años todas estas partes, que no se termine rápido", dice.