Con frutas y plantas del Tamarugal pretenden crear cerveza artesanal
El estudiante de biotecnología Francisco Fuenzalida, quiere realzar los productos locales con la bebida alcohólica.
Francisco Fuenzalida es un joven de 26 años de la comuna de Alto Hospicio, que en su infancia estuvo ligado a las artes y al deporte, pero al llegar a cuarto medio se sentía inseguro con respecto a la carrera que iba a elegir y tras hacer un año de preuniversitario, escogió ingeniería en biotecnología.
Fueron en estas clases cuando un profesor le habló del término, sobre lo útil que puede ser el estudio de los procesos biológicos con microalgas, bacterias y virus y esto complementado con los beneficios que trae para la salud estas investigaciones, por lo que se decidió a ingresar a la carrera en la Universidad Arturo Prat.
Sus convicciones también van por el lado de realzar los productos que existen en la zona, utilizar materia prima que se puede encontrar en la precordillera, que cuenta con numerosas potencialidades pero que no es de conocimiento colectivo. Esto lo llevó a crear un proyecto donde utiliza la cerveza artesanal como instrumento para enfatizar las propiedades de los productos que se encuentran en el altiplano.
"Hay un gran porcentaje de consumo de cerveza per cápita, más ahora con la artesanal, por eso me interesa primero que todo, darle el realce a estas plantas medicinales que están en la región y que tienen antioxidantes, pero también me interesa que a través de ella pueda haber un aspecto medicinal", explicó el estudiante.
El interés de Fuenzalida por hacer una cerveza propia lo motivó a tomar clases en Santiago para instruirse y luego de ello, creó el proyecto denominado "Obtención de extractos provenientes de cáscaras de frutos del Oasis de Pica y plantas medicinales de la Zona Alta Andina y Precordillerana de la Región de Tarapacá para comprobar su actividad biológica y utilizarla en la producción de cerveza artesanal a baja escala", con el que obtuvo el Fondo de Desarrollo Institucional (FDI), a través de la línea de emprendimiento estudiantil del Ministerio de Educación, el cual se espera concretar a contar del próximo año.
Con respecto a su motivación de querer elaborar este producto, el joven dijo a La Estrella que "todos estamos acostumbrados a las típicas cervezas de marcas conocidas pero todas tienen el mismo estilo que son las lager (rubias). En cambio las artesanales tienen 142 estilos distintos y varían en muchos sabores, entonces hay que aprender a conocer el mundo de las cervezas, que salgan de lo tradicional y se atrevan a mezclarlas con plantas que son locales".
Etapas
Promover el mercado circular es otra de las iniciativas que pretende lograr con este desafío, a través de la obtención de lo que desechan los agricultores en la zona desértica y del conocimiento que hay detrás de las plantas utilizadas en las alturas con fines medicinales.
"Los residuos de las cáscaras de frutas de Pica podrían servirme, de hecho es muy bueno utilizarlas para hacer cerveza, más que la fruta en sí. En eso se basa la primera etapa del proyecto, ir a recolectar el altiplano", explicó.
Otro de los caminos para lograr el producto es la "vinculación con los agricultores porque ellos son los que tienen el conocimiento pleno, ellos saben para qué sirven, qué sabores y aromas tienen cada una de las plantas y por ese lado me inclinaré más, para ir conociendo cuáles son las que tengo que recolectar", agregó.
Expectativa
Uno de los anhelos que tiene Francisco para la proyección de su cerveza es utilizar el trigo que es otorgado por las fértiles tierras en pueblos como Jaiña, Chiapa y Chusmiza.
"Tengo el contacto de una persona que trabaja con las semillas de trigo, en un caso muy próspero y optimista, si a mí me sirve para hacerla, porque también es una variedad artesanal, esa agricultora estaría condicionada de cierta forma a vender sus semillas a los demás productores para que cultiven porque en cierta época del año le voy a decir que necesito y ella va a generar una especie de mercado con los demás y se va a realzar la siembra de trigo y eso para mí también es importante de rescatar", expresó.
Luego, comienza del proceso de elaboración el extracto, a través de una metodología en el laboratorio. "Después viene la prueba de la capacidad antioxidante, antibacteriana y antiproliferativa de la cerveza para buscar aquella que reúna las características más adecuadas. Para su esto utilizaré plantas de valor entomédico que sean parte de la cultura ancestral, por lo cual es muy importante la relación que se establezca con las comunidades", sostuvo.
Cuando tenga listo el compilado de las mejores plantas y cáscaras, comenzará a elaborar las distintas cervezas para llegar a la más idónea en sabor y textura y explicó cómo lo hará para obtenerla. "Dejas macerar los granos, le haces un filtro a la olla, le echas agua y lo que pasa para el siguiente recipiente es toda el azúcar y contiene todos los nutrientes de los granos. Luego de esto, pasas a la cocción donde dejas el lúpulos (proveniente de Europa), que es una planta que otorga las cualidades de aroma y sabor y esta se le agrega al mosto y a todo se le agrega la levadura para que fermente el azúcar y se convierta en cerveza".
Con esta receta, el estudiante biotecnólogo junto a su profesor tuto Elio Segovia, podrán obtener un producto orgánico que sale de lo convencional y que además, contará con propiedades medicinales que produce el mismo desierto del norte.
"Los residuos de las cáscaras de frutas de Pica podrían servirme, de hecho es muy bueno utilizarlas para hacer cerveza, más que la fruta en sí".
Francisco Fuenzalida, estudiante de biotecnología de la Unap."