Denuncias por turbiedad del agua aumentaron en 2018
Hubo 28 reclamos contra Aguas Antofagasta, más que los 22 del 2017. La empresa dice que recibió directamente 374 y que sólo en el 0,1% habían anomalías. En la Corvallis, reclaman por el color amarillento del líquido.
La lavadora que tiene Rebeca Juica en su casa solamente sirve para lavar ropa de color. Ella tomó esa decisión tiempo atrás: la de color se lava en casa, la blanca en casa de su mamá. Por ella echaría todo a la máquina, pero asegura que desde hace un par de años que el agua que sale de las llaves de su casa tiene un color amarillento.
Rebeca está sentada en el comedor de su casa en la población Corvallis, en Antofagasta. En la mesa hay una carpeta, con denuncias a la Superintendencia de Servicios Sanitarios, reclamos a Aguas Antofagasta y papeles que acreditan que el agua potable de su hogar cumple con los estándares. Sin embargo, no hay una explicación para el color amarillento que tiene el agua potable.
La mujer hace la prueba y pone un vaso en la llave. Lo sirve al trasluz. La coloración es evidente, como si un jugo de papaya se hubiera diluido al máximo, pero aún mantuviera algo del tono. Varias cosas blancas tomaron esa tonalidad, dice. La cortina del baño, el estanque del agua del inodoro, un polerón blanco.
"¿Usted se va a tomar un agua que viene de color amarillo? ¿Se la va a dar a su hijo?", recuerda Rebeca Juica que le dijo a un funcionario cuando fue a reclamar por el color. Sin embargo, en las inspecciones de la empresa a la vivienda de calle Inés de Suárez, el agua no parece tener mayores problemas. La antofagastina narra que han venido a intervenir cañerías y todo, pero sigue el color amarillo.
Atrás de la casa de Juica vive Deisy González. A ella le comenzó a pasar algo similar a principios del año pasado. "Yo reclamaba porque el agua venía con poquita presión, venían ahí y de un rato para otro empezó a salir el agua oscura", cuenta. En una cuna del living juega su nieta, Emma, de un año. Cuando estaba recién nacida, un día en que preparaban el agua para bañarla, se dieron cuenta del color.
"Yo vivo comprando agua. Yo en una semana me gasto tres, cuatro de esos bidones de 20 litros. El año pasado yo compraba de esa agua para poder bañar a los niños, porque me daba no se qué bañarlos a ellos así", dice la vecina, recordando que después de una ducha, se sintió olor a fierro. Siguió oliéndose. Su hija le dijo: "Es el agua, mamá".
Denuncias
El año pasado, la Superintendencia de Servicios Sanitarios recibió 28 reclamos por la calidad del agua potable en contra de Aguas Antofagasta. Al mismo tiempo, de acuerdo a datos de la SISS, la empresa recibió un total de 11 multas por aproximadamente 540 millones de pesos.
De esas sanciones, cinco son de calidad del agua: tres están cerradas y otras dos están en proceso. La cifra de reclamos es mayor a la de 2017, cuando se reportaron 22 denuncias por turbiedad del agua. La mayoría se originaron en Antofagasta, tres en Sierra Gorda y un caso en Mejillones. Desde la SISS señalaron que si bien el número de reclamos ha subido, los clientes deben generar los avisos a la empresa para tener solución a los problemas y de reclamar a la SISS para su intervención, para iniciar los procesos sancionatorios.
Por otro lado, la empresa Aguas Antofagasta dijo que el año pasado recibieron 374 reclamos sobre turbiedad, y que en cada uno de los lugares se hicieron inspecciones. Según la empresa, solamente el 0,1% de los clientes tuvo anomalías.
"Debemos ser enfáticos que los problemas de turbiedad se pueden presentar durante una reposición de suministro tras un corte programado o de emergencia. También por propios problemas internos de la vivienda o condominio (estanques, redes domiciliarias, etc) o por alguna situación en la producción de alguna planta de la sanitaria, dichas situaciones informadas con tiempo a la comunidad", se explicó.
Aguas Antofagasta señala que en las visitas de los profesionales se analizan los parámetros de cloro, hierro y turbiedad, donde se deja corriendo el agua por un par de segundos para después hacer la toma de muestras. "La Estrella" estuvo presente en el nuevo muestreo en casa de Rebeca Juica, y el contratista comentó que el proceso es de un minuto. Rebeca muestra el frasco con agua que sacó anteriormente. ¿Se la tomaría? "No lo haría, en todo caso", responde el hombre.
En la Corvallis, Deisy González cuenta que tiempo atrás quisieron llenar la piscina y el color del agua les pareció "un pantano". Al lado de la lavadora hay un filtro que está lleno de un agua color café. "Éste lo puso antes de ayer mi hija. Ella lo saca, pone el otro… y en la tarde ya está café", dice.
"Hasta boté una lavadora porque el agua me salía café. Yo pensé que era la lavadora la que se me había oxidado"
Deisy González, vecina de la población Corvallis."