Vida, obra y sueños de don Dani
Pasada la medianoche de ayer falleció el ex alcalde de Antofagasta, Daniel Adaro Silva. Dirigente vecinal y trabajador de Inacesa, su vida estuvo marcada por el trabajo por la ciudad, sus años en la municipalidad y el proceso judicial que lo terminó sacando de ahí.
Cuando la sesión del concejo terminó y la votación de sus colegas -incluido el suyo- le daba el triunfo, el aún concejal Daniel Adaro Silva subió a la testera, sonriente, con los puños en alto, a hablarle a los 300 antofagastinos que estaban ahí. "Agradezco su voto para elegirme alcalde, porque con vuestra decisión al pueblo se le está devolviendo la alcaldía de Antofagasta", dijo, entre aplausos. La tarde del 5 de agosto de 2003, Adaro se convertía en alcalde para reemplazar el período que le faltaba al fallecido edil Pedro Araya Ortiz.
La elección de Adaro como primera autoridad municipal era, según palabras de Mireya Rodríguez, su esposa, el cumplimiento de un sueño que tenía de niño. Un niño que creció y que a los 17 años, como él contaba, ya era dirigente del Club Deportivo 21 de Mayo. Después fue presidente de la unidad vecinal del sector Hospital y siguió subiendo hasta encabezar la Unión Comunal de Juntas de Vecinos. Cuando estuvo trabajando de nochero en Inacesa, fue presidente de su sindicato durante varios años.
Así fue haciéndose un nombre en las poblaciones, donde tuvo gran cariño entre los más pobres de la comuna. La elección municipal de 1992 lo sorprendió en una época en que Adaro representaba el Movimiento Poblacional "Solidaridad". En esa ocasión tuvo 15.245 votos, la segunda mayoría en Antofagasta en una época en que las elecciones eran solamente de concejales y se determinaba al alcalde con quien sacara más votos.
Adaro estaba en el concejo cuando falleció el alcalde Araya. Sus colegas le dieron la mayoría en 2003 y juró entre saludos de sus partidarios y una serenata con mariachis y todo. Un año después, arrasaba en las elecciones con el 59,05%. El proyecto suyo era el de la "Macrociudad": playas artificiales en La Chimba, Trocadero, mejorar La Almejas, fortalecimiento de planes y programas para erradicar la extrema pobreza, el potenciamiento de la Unidad de Fomento Productivo. Además, quería poner un restaurant, funicular y un zoológico en el Cerro el Ancla.
Verano naranja
Militante demócrata cristiano en sus inicios -posteriormente independiente-, asiduo fumador, hombre que gustaba de coleccionar camisas (tuvo 144) y de usar lentes de sol, Adaro empujó la promoción del turismo. Muchos antofagastinos lo recuerdan por el Festival Verano Naranja, show que duraba toda una semana y que traía artistas de la talla de Los Jaivas o Lucho Barrios.
Sin embargo, su época en la municipalidad terminó abruptamente el 24 de julio de 2008. Ese día, el fiscal Jorge Mayne presentó una acusación en su contra y otros tres asesores, por fraude al fisco. Esto, ya que de acuerdo a la justicia se desviaron platas de la subvención escolar para contratar asesores para el uso de la alcaldía.
Adaro quedó inhabilitado para seguir como alcalde -entonces asumió Gonzalo Dantagnan- y tampoco se pudo presentar a esa elección. En marzo de 2010 fue encontrado culpable y la justicia dictaminó siete años de inhabilitación en cargos públicos. Adaro negó hasta el último lo ocurrido, culpando a una "consipiración" que hacían en su contra.
"Tengo mis manos limpias, jamás he robado nada de la municipalidad", decía Adaro a la salida de la audiencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal que lo condenó a, además de la inhabilitación, 61 días de presidio (remitido) y el pago de una multa en dinero.
La Corte de Apelaciones estimó que la inhabilitación ya estaba cumplida en 2016, lo que le permitió volver a postularse como candidato a alcalde de Antofagasta.
La campaña de 2016 estuvo enfocada en la vuelta del "Verano Naranja", intervenir 35 kilómetros de costa, crear "la casa del deportista", el "Arena Antofagasta" y guardia móvil en terreno.
En esa elección, Daniel Adaro llegó tercero (18,04%) por debajo de Manuel Rojas y Karen Rojo. En sus últimos años, a Adaro se le podía ver por las calles acompañado de sus cercanos y recibiendo el cariño de los antofagastinos. Sin embargo, los problemas de salud fueron aquejándolo hasta que finalmente falleció, pasada la medianoche de ayer.
Así se va Adaro, el hombre que dijo que se iba a morir haciendo política, entre la pena de quienes fueron sus partidarios y el respeto de sus adversarios. Para bien o para mal -la historia tendrá que hacer ese juicio ahí- el ex alcalde pasó a anotar su nombre en la historia de la Antofagasta que quiso, desde Juan López hasta Coloso.
2003 Ese año asumió como alcalde de Antofagasta tras la muerte de Pedro Araya. Al año siguiente ganó la elección.