Ignacio Araya
E n Antofagasta hablamos durante semanas de lo que haríamos para ver el eclipse solar parcial de ayer, uno de los espectáculos naturales más impresionantes que se pueden ver en la vida. Autoridades regalaron lentes, varias personas compraron sus vidrios de soldar para no perdérselo, mientras otros calcularon más o menos el rato que se arrancarían de la pega para salir a mirar el cielo.
Y después de todo eso, cuando ya estaba todo okey y en la ciudad la mayoría quedó listo con sus lentes para ver algo único, sucedió lo que precisamente no tenía que pasar: amaneció nublado. Y para peor: con llovizna. Y para más peor aún: se cortó la luz y media ciudad no lo vio ni por la tele. Todo ese cúmulo de cosas se puede resumir en lo que dijo don Juan Vásquez, un antofagastino que paseaba ayer por el Parque Croacia cuando algunos hacían fila para esperar lentes: "Mala suerte".
A medida que avanzaba el día y se aproximaba la hora del eclipse, en la capital regional las nubes no se disipaban. La culpa la tenía la nubosidad costera, típica de la costa, que se juntó con una condición en altura. "Entonces aumenta el espesor de la capa nubosa y aumenta la humedad. Eso genera que se vaya juntando una gotita con otra y precipite", dijo Leonardo Díaz, meteorólogo de turno en la estación de Cerro Moreno.
Pese a que la llovizna fue casi insignificante (la estación de la UCN marcó 0.1mm a mediodía), el frío se hacía sentir en la ciudad. "Probablemente no lo vamos a poder ni ver", lamentaba Javiera Peña. A su lado, Matías Canales, con dos chalecos puestos, decía que iba a intentar cambiar los lentes del eclipse por nylon.
Así las cosas, no quedó otra que verlo por la tele no más. La cobertura mostraba a felices turistas en Atacama y Coquimbo disfrutando de un día increíble para esperar el eclipse, cuando a las 11.43 horas a la mayoría de la ciudad se le apagó la tele, y el refri, y la luz y todo. Una interrupción en la línea de transmisión de 220 Kv Atacama-Esmeralda, a cargo de Transelec, dejó a 107 mil clientes sin electricidad en Antofagasta, según cifras de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles.
Saliendo de la ciudad
Con la incertidumbre, los suertudos antofagastinos que andaban con auto salieron en masa de la ciudad, no importaba dónde. Cientos de autos se desperdigaron a lo largo de la ruta 5 para ver si las nubes dejaban ver un cachito de sol. Y así fue en Varillas, a 55 kilómetros de Antofagasta, donde está el cruce hacia Taltal.
El reloj ya estaba dando las 4 de la tarde, y el espectáculo en el cielo comenzó. Pese a las dificultades y que las nubes iban y venían, el sol quedó apenas reducido a una fracción. Muchos coincidieron en Varillas que la temperatura bajó bastante. Reinaldo Morales llegó en auto hasta allá y lo encontró espectacular. "Yo creo que este fue mejor, más extraordinario que el de 1994", dijo el antofagastino, quien fue hasta esa zona "porque está cerca del observatorio Paranal y yo sé que la mayor parte de los días está despejado".
Pasaron los minutos y el eclipse echó marcha atrás después del peak de las 16.44. Muchos se fueron del desierto con la experiencia de haber vivido aunque sea un poquito de un momento increíble. Abajo, en la ciudad, hubo frustración, pero también las ganas de viajar para el eclipse del próximo año. Habrá que ir, dijeron muchos. Pero ojalá que las nubes no.
2020 El 14 de diciembre del próximo año será el eclipse de sol en la región de La Araucanía.