En la Juan Pablo II se unieron y tienen alarma comunitaria ante la delincuencia
Juntaron plata entre todos, instalaron once alarmas y ahora pueden enfrentar a los malandras con solidaridad vecinal.
Los vecinos de la villa Juan Pablo II de Antofagasta cuentan que la delincuencia estaba haciendo de las suyas en algunos pasajes. Florentino Albarnez asegura que en Río Palena se estaban metiendo a robar seguido a las casas. "De hecho siempre están los vecinos indicando que estaban forzando las puertas", cuenta.
Aburridos de eso, entre varios pasajes se unieron y compraron alarmas comunitarias, cosa de que si ocurre algo, todos los vecinos se enteran y salen a ver para apoyarse. "Cada pasaje se hizo cargo. Tiene un delegado y ese delegado dividió el costo de la alarma por la cantidad de personas, y cada casa canceló su alarma", cuenta la vecina Erica Vásquez. Dependiendo del lugar, el costo podía salir entre 6.500 y ocho mil pesos.
Vásquez dice que ya probaron las alarmas y que todos quedaron súper conformes. "La unión hace la fuerza, qué mas le puedo decir", señala. "Los vecinos se ven más unidos, ha sido bastante positivo todo esto y quieren seguir luchando por más, ya sea por las cámaras", comenta don Florentino Albarnez.
Ahora, con las alarmas ya instaladas, hay otras medidas que los pobladores piden para sentirse más seguros. Albarnez solicita que Carabineros pase más seguido por los pasajes, "al menos por los exteriores", señala.
Alarmas
Fabián Ossandón, presidente de la fundación Antofa Segura, cuenta que esto comenzó con una charla informativa que realizaron en la villa Juan Pablo II. Ahí los vecinos se mostraron interesados con las alarmas comunitarias y un técnico se las presentó. "Se resuelven las consultas que tiene la comunidad y posteriormente van y las instalan en esos pasajes que están siendo del proyecto", comenta Ossandón. En total se instalaron 11 alarmas y a la fecha, dice, ya hay 330 familias con el proyecto.
La fundación asesora a los vecinos en sus inquietudes de seguridad ciudadana, cuenta el presidente de la agrupación. En ese sentido, para iniciativas como éstas, hay dos caminos: uno, los fondos concursables o la autogestión, donde los vecinos financian sus propios proyectos, como el caso de la Juan Pablo II donde se trabajó con personas sin cargos dirigenciales.
"Los vecinos siempre han operado por seguir trabajando de forma unida y organizada para que todo este proyecto se implemente en el menor plazo posible, considerando que en esta villa muchas familias dejan su casa porque se trasladan a la fiesta de La Tirana", señala.
Más allá de la coordinación, dice Ossandón, la clave es la unión de los vecinos en torno a una preocupación que tienen en conjunto. "Los propios vecinos nos comentaban que, en treinta años, recién ahora han podido unirse como comunidad y además de eso tienen acciones concretas que pueden mostrar".
330 casas se beneficiaron con el sistema de alarmas comunitarias en el sector.