COP25 y el cambio climático

Señor director:

Nos enfrentamos a la amenaza de graves cambios ambientales globales. No nos queda otra, hay que lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, hay que limpiar los mares, hay que reducir la deforestación, debemos fomentar las energías renovables. Somos la primera generación que está sintiendo los efectos del cambio climático, pero también somos la última generación que puede hacer algo para evitarlo. Es por esto que, ad portas de la realización de COP25 y de los problemas climáticos y ambientales que se han desarrollado en el país, tenemos un gigantesco desafío con Chile y con el mundo.

La Cumbre COP25 que tendremos en Chile, da el puntapié inicial para avanzar en que los países asuman compromisos más ambiciosos, más exigibles, porque los Acuerdos de París no son suficientes para evitar que el mundo siga transitando por un camino que puede terminar en tragedia. Chile ya ha sido posicionado dentro de los más prometedores en energías renovables, nos adherimos al compromiso de 0 bolsas y papeles, nos comprometimos con el proceso de descarbonización, solo como medidas previas a la cumbre. Esperemos que la COP25 demuestre con seriedad y responsabilidad, que Chile es consciente de la tragedia que nos aqueja, y que estamos dispuestos a corregir errores a través de buenas y mejores políticas.

Patricio Saavedra Bahamondes

El circo

Qué alegría cuando llegaban los circo a la población, era todo un acontecimiento. La familia y pololos disfrutaban de un gran espectáculo. Nosotros, siendo niños, corríamos a ver cuando se armaba la carpa. De noche en la primera función, a la entrada, una banda de músicos entonaba lindas melodías, invitando al público al circo. Me remontaré a los años 1955 y 1956, cuando vivía en la población Lautaro, en avenida Cautín. Con mi hermano Julio y los cabros que siempre recuerdo, Raúl, Sergio, Mirno, Lelo, Joel, Hugo, Guille, Pepe, Alfredo y Pancho nos metíamos por debajo de la carpa y teníamos éxito, casi nunca nos pillaron. Éramos muy astutos. Los circos llegaban donde hoy está una escuela y un supermercado. El "Ideal" y el "Hatayde" son los dos circos que más recuerdo. Qué tiempos aquellos, la magia de la niñez, linda y pura. Éramos unos cabros que andábamos a 'pata pelá' por la calle y la playa sin molestar a nadie, solo jugando. El circo qué maravilla, es algo que no se puede olvidar. Desde esta columna un abrazo a todos mis amigos de esos años que ya no volverán. Mencionar también a las niñas Coca, Mirna, Eliana, Sonia y Susana. El tiempo ha pasado, pero siempre estarán en mi corazón.

¡Al circo, al circo!