Redacción - La Estrella de Antofagasta
"Los últimos años del siglo XXI han sido el tiempo en que la causa de la mujer se convirtió nuevamente en emblema, no solo en Chile sino en todo el mundo". Esta es la principal razón por la que en el Indice de Desarrollo Regional (Idere) 2019 de la Universidad Autónoma se agregó un capítulo especial sobre la brecha de género en el país.
Además "tiene como objetivo presentar el estado de algunas de las brechas que hoy afectan a la mujer en nuestro país y, de paso, trazar posibles escenarios frente al cambio demográfico y tecnológico que nos espera para las próximas décadas".
En él se analizaron cuatro dimensiones: Educación (con la variable escolaridad), Actividad Económica (desempleo y renta), Seguridad (violencia intrafamiliar) y Salud (esperanza de vida, años de vida potencial perdidos).
Las cifras "reafirman algunos datos conocidos y, a la vez, permiten evidenciar cómo estas brechas se visibilizan cuando introducimos la variable territorial. Por ejemplo, y tal como ya se sabe, las mujeres chilenas cuentan con más años de escolaridad en promedio que los hombres, sin embargo, la brecha salarial es alta y la participación laboral es baja en comparación con el resto de América Latina, y más aún, frente a la mayoría de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)", es una de las conclusiones que saca el estudio.
"Pero este tema va más allá de la simple estadística y de los rankings internacionales. Es una muestra de lo urgente de proponer medidas para lograr una paridad entre géneros en las distintas dimensiones asociadas al desarrollo de un país, pero especialmente en la brecha que mide la actividad económica", agrega.
Educación
Esta dimensión "evidencia que las chilenas efectivamente poseen mejores niveles, siendo de 0,691 para las mujeres, en comparación a 0,620 para los hombres", señala el índice.
En esa línea, la autora del capítulo, Andrea Gartenlaub, comenta que "las mujeres chilenas muestran sistemáticamente mejores tasas de escolaridad que los hombres incluso en las áreas más rurales y deprimidas", pero la brecha de empleo presenta una diferencia desfavorable para ellas. Además, tienen menor deserción tanto en educación escolar como superior.
La región con mejor puntaje es la de Arica y Parinacota, con 0,826, y con el peor O'Higgins, 0,603.
Actividad económica
La doctora en Ciencias Sociales explica que "las regiones más dinámicas económicamente presentan mejor absorción de mano de obra femenina incluso en las regiones mineras, ya que principalmente el empleo femenino se ubica en los sectores productivos como comercio y servicios".
Según el informe, "las mayores diferencias entre hombres y mujeres se presentan en las regiones de Arica y Parinacota (0,230), O'Higgins (0,238), Araucanía (0,319) y Aysén (0,215), siendo particularmente importante el diferencial en La Araucanía. Esto permite visualizar cómo el sesgo de género repercute en la empleabilidad femenina, ya que la principal actividad económica de la región es la ganadería, área donde las mujeres están débilmente incorporadas".
En tanto, las menores diferencias, por su parte, están en la zona norte, en las regiones de Tarapacá (-0.018), Antofagasta (-0,075) y Coquimbo (0,051). También en la RM (0,056) y Magallanes (0,048).
Seguridad
La investigación indica que "los territorios menos dinámicos en términos económicos poseen mayores grados de prevalencia de violencia intrafamiliar. En este sentido, hay implicancias de políticas públicas para este resultado, principalmente, en la visualización de la relación de la dependencia económica y la violencia al interior de la pareja o los hogares".
Esto "empuja a pensar en alternativas de empleo para las regiones con mayor prevalencia de violencia intrafamiliar, particularmente Arica y Parinacota, Tarapacá, La Araucanía, Los Lagos y Aysén. Así, por el contrario, la menor prevalencia se encuentra en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, Biobío y Magallanes, zonas económicamente más activas y con más oportunidades laborales".
Sobre esta dimensión, Gartenlaub dice que "las regiones con menor desarrollo humano económico muestran mayores índices de denuncia intrafamiliar, sin embargo, las denuncias no dan cuenta la verdadera magnitud del problema, es una paradoja de que a mayor denuncia más violencia o menor denuncia, menor violencia".
0,075 es la diferencia en la región, una de las menores del país, en la actividad económica.