El conductor de la empresa Transcom salió pasadas las 9 horas del domingo de Antofagasta- desde las instalaciones de Iquique con Cobija- con destino a la faena. Sin embargo, a unos 100 kilómetros de llegar a ésta, en un descanso obligado en lo que los transportistas deben permanecer al menos por 15 minutos, es donde se perdió el rastro de Mario Navarro.

Un hecho que además de las trágicas consecuencias ya conocidas, despertó un temor generalizado de los choferes que a diario recorren esa y otras rutas de la región. Son 50 personas que prestan servicios a Copec y unas 500 a nivel regional que transportan combustible, los que ayer decidieron alzar su voz y pedir mayor resguardos y garantías para que su trabajo no se termine convirtiendo en su final.

"Esto marcó un antes y un después", declara el presidente del sindicato que agrupa a los choferes, Juan Ibáñez Guerra.

En las palabras de Guerra, los trabajadores temen que ahora son víctimas de una verdadera organización criminal que dista de perpetuar los robos y hurtos que vivían antes. "El último gran robo que recuerdo, fue uno donde se encañonó a un chofer para robarle el camión pero al conductor lo dejaron abajo y le dieron unos golpes, pero no fue más que eso y el camión apareció vacío, y por acá en la zona se sabe de hurtos menores pero no habíamos tenido nada de esta magnitud".

Trabajadores

Trabajadores

En las conversaciones que han entablado como colectivo, los trabajadores exigen que las autoridades pongan acento importante para conocer a fondo las medidas para tomar en el hecho. Se formó una mesa de trabajo donde a contar del día jueves realizarán un paneo general geográfico para conocer y detectar los lugares que son de mayor peligro en la ruta y hacer hincapié en la seguridad del sector.

Como segunda medida se va a implementar a corto plazo un sistema de resguardo a través de botones de pánico; y existe un ofrecimiento de la empresa Copec, para proveer a los camiones con un sistema de radiotransmisores que busca aminorar el riesgo de nuevos incidentes como el ya ocurrido.

Estamos hablando de una zona del país donde se necesita en muchas empresas que hacen la distribución de combustible al abastecimiento minero y otras industrias, que se mejoren los estándares de seguridad por y para los trabajadores.

Fueron once las puñaladas, concentradas en el tórax anterior y posterior, las que le arrebataron la vida a Mario Domingo Navarro Ligllan, camionero de 56 años que se convirtió en la víctima de un nuevo crimen de brutales características perpetrado en los últimos meses en Antofagasta.

Entre la noche del domingo y las primeras horas del lunes el trabajador perdió la vida a causa de una anemia aguda por heridas cortopunzantes múltiples, según estableció la autopsia practicada en horas de la tarde de ayer en el Servicio Médico Legal (SML), en cuyas afueras aguardaban presos de la tristeza familiares y compañeros de labores.

Estos, junto con describir a Ligllan como una persona de esfuerzo, tranquila y querida, anunciaron que sería velado sólo unas horas en la capital regional, para luego ser trasladados sus restos a Pitrufquén, ya que era oriundo de la Región de la Araucanía y por ello se decidió que allí fuera sepultado.

Mientras, paralelo al duelo de sus seres queridos, la Brigada de Homicidios (BH) de la PDI trabaja en el esclarecimiento del delito, investigado como un robo con homicidio.

Lo anterior, ya que además de dar muerte de manera salvaje al chofer al interior de la cabina, los autores del hecho huyeron con la carga que transportaba. J