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Conductores y peatones

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Nuestros conductores y peatones están muy lejos de ser un ejemplo y así lo demostraron durante el último fin de semana largo que dejó al menos 27 personas fallecidas por siniestros de tránsito a nivel nacional.

Es impactante la alta tasa de mortalidad que están causando estos feriados extensos y, peor aún, la escasa conciencia social que hay entre los chilenos por adoptar conductas seguras y responsables cuando tienen que desplazarse por las vías y carreteras del país.

Nos estamos acostumbrando a tener automovilistas cada vez más irresponsables que se sienten con el derecho de flexibilizar sus conductas en estos festivos, con la facultad de trasgredir libremente las normas del tránsito y combinar con total frialdad el consumo de alcohol con el exceso de velocidad.

Ni hablar de nuestros peatones. Cada vez son más arriesgados en sus traslados. No saben discernir sobre los riesgos al que pueden estar expuestos y tienen cada vez menos conciencia de los lugares donde la infraestructura vial les entrega facilidad de tránsito.

A luz de estos resultados, da la sensación que las campañas de concientización no surgen los efectos necesarios entre los chilenos y sus esfuerzos no sólo deben estar dirigidos a los conductores, sino que también deben involucrar a todos los actores del sistema vial, que parecieran que están invisibles en estas fechas.

Si bien las autoridades han intentado aumentar los controles, aún la fiscalización es baja en nuestro país y a los ojos de los chilenos aún es inexistente y no amedrenta.

Pareciera que como sociedad nos hemos acostumbrado a aceptar estas alarmantes cifras, siendo incapaces de castigar socialmente a aquellos que no les interesa salvar sus vidas, ni menos la de los demás.

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Desigualdad

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Después de estar tres años en el congreso el proyecto de ley que generaba un sistema de incentivos y promociones de aquellos profesores que lo hacían bien, fue cambiado quedando en un sistema que básicamente aumenta las barreras de entrada de nuevos estudiantes, pero descarta el premio a los profesores que tengan mejores resultados en las aulas de clase, es decir evaluaciones.

Se escucha mucho hablar de desigualdad, no hay candidatura que no la mencione, no hay político que no haga gárgaras con la palabra desigualdad, sin embargo uno tiene el legítimo derecho a pensar que no es más que un slogan de campaña para algunos que impiden una mejora en la educación, la cual es -después del empleo- el segundo pilar para combatir la desigualdad.

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