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Muy buenos los comentarios del señor Juan Bennett, porque ponen "el dedo en la llaga" de la radiografía moral de nuestra ciudad. Creo que es bueno que alguien lo haga recordar siempre, porque parece que muchos sufren de "mala memoria".

Lamentablemente algo está pasando con nuestra sociedad. Creo que estos puntos que toca el señor Bennett, tendrán su verdadero cambio cuando todas las personas realicemos una revisión profunda de nuestras conciencias, fortalezcamos nuestro sentido común, revisemos las costumbres y hábitos del pasado, y con seriedad y preocupación realicemos nuestra propia introspección a estos temas que nos están ahogando.

Y especialmente realicemos una limpieza a fondo de tantos "valores y principios chantas" que hoy en día pululan por doquier en la sociedad nuestra. Mientras que se han ido guardando inexorablemente con el paso del tiempo los buenos valores, principios y hábitos en el baúl del destierro por "que no sirven".

Creo que cada familia debiese hacer un recuento de lo que es bueno y mejor para cooperar con una mejor sociedad, pues está muy claro que no somos ermitaños ni vivimos en una burbuja, somos educados para vivir en comunidad, por lo tanto es nuestro deber y principalmente el deber de todos los padres de esta generación y las por venir de trabajar por mejorar nuestra calidad de convivencia. Esto redundará en una mejor calidad de vida.

Todo ello unido a un mejor trabajo de todas las autoridades pertinentes, de lo contrario más temprano que tarde viviremos como los cavernícolas con contradicciones, es decir, con mucha tecnología pero cero sentido común.

Myriam Richards M.

En mi querido Chile, hace algunos años en las salidas de los los viernes y sábados en las noches, se podía caminar desde su domicilio hasta el local donde se bailaba. No se tenía temor de asalto, se sentía seguro al ir y venir.

Pero hoy no podemos salir sin sentir temor de sufrir un robo o asalto. Dejamos nuestros hogares solos. Estamos rogando que no entren a robar. Nuestro hogares cerrados con alarmas, protecciones, rejas en los patios. En resumen, nuestros hogares están convertidos en cárceles y los ladrones están libres.

Los gobiernos de turno prometen solucionar el problema. Los ladrones hacen alarde de que ellos son los triunfadores.

¿Este gallito tendrá algún día un vuelco para las personas de buenos valores o tendremos que derechamente tomar la justicia por nuestra manos?

Atte.

Arquímides Aburto Peralta

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