Hay Juan López para alrededor de mil años
Por fin se inauguró estatua del precursor de Antofagasta.
l Rodrigo Ramos
E l dedo de Juan López apuntado al Este es por un resplandor en el cerro, dice con vehemencia el pintor Waldo Valenzuela. Puede decirse que es el elemento metafísico que coronó una mañana dedicada al pionero de Antofagasta; en el marco de la inauguración del memorial a Juan López, actividad organizada por el municipio.
Antes el historiador Héctor Ardiles desarrolló una semblanza de López, en base de apuntes de historiadores. Del discurso de Ardiles se infiere que López, sufrió de clasismo por parte de algunos cronistas. Aclaró que López no fue un chango andrajoso sino que un emprendedor.
Por su parte el gestor de la obra, el artista Julio Sepúlveda, agradeció a quienes lo apoyaron en el proyecto. Aprovechó la ocasión para criticar al municipio pues a través de la corporación cultural prioriza la farándula (en actividades como el festival) en desmedro de la trascendencia que ofrecen las obras de arte hechas por personas competentes.
La trascendencia de Juan López Alfaro ya puede ser apreciada por los antofagastinos, en este monumento de bronce realista y un pilar de granito, que se asemeja una barca.
Según Sepúlveda, la nobleza de los materiales prevén que este Juan López resista un siglo sin mayores sobresaltos.
La obra tuvo un costo de alrededor de 50 millones de pesos, dinero financiado por el gobierno regional y el municipio.
Sepúlveda, el autor, agradeció la colaboración del destacado escultor Avelino Sanhueza, en el trabajo del modelado.
Un hecho anecdótico es que la obra, ubicada en el barrio histórico (frente al Museo Regional), permaneció por alrededor de un año y dos meses sin ser inaugurada por una descoordinación.
En tanto, Héctor Ardiles sugiere que la escultura se integre a la comunidad en la medida que los colegios lleven a sus alumnos a conocer al personaje a través de la obra, y con ello la historia de la ciudad.
Lo anterior como una manera de formar identidad en Antofagasta. J
l El año 2008, un accidente en las obras de ensanchamiento de la avenida Balmaceda provocó la destrucción del monumento a Juan López, desarrollado por el artista Osvaldo Ventura y el maestro Lionel Bugueño. Debido a esto surgió la necesidad de contar con un nuevo monolito.