l L. Pereira y B. Díaz

Dos terremotos y dos evacuaciones por alerta de tsunami durante dos noches seguidas, y que los expertos no descarten nuevos remezones inclusos de mayor magnitud, son razones más que suficientes para que los antofagastinos se preparen para enfrentar una emergencia mayor.

¿Y cómo lo han hecho?, además de repasar las protocolos de evacuación y conversar en familia sobre éstos. Abasteciéndose.

Agua, alimentos no perecibles y kit de emergencia, entre otros, son los productos requeridos para abastecerse durante las primeras 72 horas después de una emergencia.

El miércoles en la tarde, un día después del terremoto 8.2 y horas antes del segundo 7.6 ya estaban agotados los bidones de agua y las linternas en el hipermercado Líder. Sólo quedaban unos bidones compactos y plegables para llenar de agua de la llave de 10 y 20 litros.

Los bidones de agua también estaban agotados en el supermercado Santa Isabel de calle Baquedano y en el Tottus de Mall Plaza, mientras que en la mayoría las farmacias Cruz Verde no hay botiquines de primeros auxilios.

En el supermercado Jumbo se habían agotado el agua, pero fue repuesto el stock aunque no de la marca más apetecible del público.

Ayer en la tarde y tras el falso mensaje (ver página 4), miles de antofagastinos colapsaron los supermercados y recintos de venta de productos.

En el mismo Jumbo se vieron a personas con carros llenos de agua y filas interminables, tanto en los pasillos como en las afueras. Éstas incluso llegaban a la calle.

Productos como el pan, galletas, dulces y arroz entre otros eran requeridos. Los artículos de camping y linternas también eran buscados intensamente y se acababan con el paso de las horas. J

l Más de cuatro mil tocopillanos evacuaron el sector costero del vecino puerto durante la alerta de tsunami tras el fuerte sismo 7.6 registrado el miércoles en la noche y a un día del terremoto 8.2 en la escala Richter frente a las costas de Iquique.

l La ocasión hace al ladrón, pero en este caso a los usureros. El terremoto hizo que los especuladores subieran por las nubes los precios de los productos de primera necesidad en las regiones afectadas.

Tanto así que los habitantes de Alto Hospicio denunciaron que el kilo de pan superaba los 3 mil pesos cuando su precio habitual no pasa de mil 100, mientras que el bidón de agua superaba los seis mil pesos cuando su precio normal no pasa de los 2 mil pesos. El precio de los pañales y colados, entre otros productos, también subió como la espuma tres veces su valor.

Ante el malestar y denuncia de los iquiqueños por los precios triplicados en medio la catástrofe, el fiscal regional de Iquique, Manuel Guerra, dijo que todos los comerciantes que sean sorprendidos vendiendo elementos de primera necesidad a precios "injustificadamente altos" serán detenidos.

Si bien "no hemos recibido denuncias formales de este tema, el mensaje es que los comerciantes que vendan productos a precios injustificadamente altos a propósito de este estado de catástrofe cometen el delito de especulación (…) cuando se trata de elementos de primera necesidad como leche, agua, pañales y pan", explicó.

Agregó que la instrucción a las policías es que procedan a la "detención flagrante". No pasarán a control de detención a menos que entendan que están cometiendo un delito y vuelvan a vender los productos a precio normal. Y si existe denuncia de una venta previa habrá que acreditarlo.

De allí que llamó a la población a denunciar porque Carabineros "deberá contrastar (la denuncia) y estar en la obligación de detenerlos", enfatizó.

Además, existe una ley para estos estados de catástrofes y que si la gente se aprovecha de la situación, como en este caso, se arriesgan a penas de presidio mínimo a medio. J