l Iris González Gamboa

D os años y un mes después de los horribles hechos, el bestial crimen de la pequeña tocopillana Valentina Andrea Arriaza Contreras tiene al fin desde ayer un culpable.

Moisés Jacob Ledezma Díaz fue condenado a las 14.35 horas por el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Antofagasta, que en votación unánime lo halló culpable en calidad de autor del delito consumado de violación con homicidio.

La sentencia definitiva será leída este miércoles, a las 15.45 horas, esperando tanto la parte acusatoria como los querellantes que adhirieron a la causa, se le aplique la pena más alta del ordenamiento jurídico chileno. Es decir, presidio perpetuo calificado.

La tercera y última jornada del juicio comenzó ayer, al mediodía, con los alegatos de clausura de la defensa de Ledezma Díaz, a juicio de la cual no fueron presentadas pruebas suficientes que acreditaran la participación de su representado en el ilícito por el que fue acusado.

Luego de su intervención se dio paso a las réplicas y se fijó las 14.30 horas para la lectura del acta de deliberación.

A esa hora, el reingreso de Moisés Ledezma a la sala estuvo marcado por el insulto que con sus manos "ofreció" a la prensa.

Acto seguido, en silencio e imperturbable, el acusado escuchó la condena por unanimidad que resolvió el trío de jueces, que argumentó haber tenido presente para ello la prueba de cargo presentada, consistente en testimonial, documental, evidencia material, fotográfica y pericial.

Con ésta, a juicio de los magistrados, resultó establecida más allá de toda duda razonable que el 25 de febrero de 2012, aproximadamente entre las 19.30 y 20 horas, el acusado condujo en solitario a la menor de 8 años hasta un dormitorio del segundo piso de su vivienda, ubicada en calle Calbuco 229.

La pequeña, nacida el 8 de septiembre de 2003 y que vivía a corta distancia del condenado en la población Padre Hurtado de Tocopilla, fue golpeada en el rostro y otras partes del cuerpo y desnudada parcialmente.

Para asegurar el hecho fue sometida a otro cruel acto, siendo ultrajada y falleciendo por asfixia por estrangulamiento por lazo, con un cordón de zapatilla.

Acto seguido, Ledezma Díaz ocultó su cuerpo con una frazada bajo la cama. Más tarde, durante su búsqueda, intentó distraerla con información falsa e incluso le negó el acceso a su hogar a Carabineros.

Horas más tarde huyó y fue detenido al día siguiente, en horas de la tarde, en el Cementerio Municipal del puerto salitrero, donde se ocultó en el nicho de su abuela.

Una vez concluida la audiencia, el fiscal regional, Cristián Aguilar Aranela, señaló que esperan "se imponga la pena propuesta por la Fiscalía, de presidio perpetuo calificado, entendiendo que se encuentran todos los antecedentes para así disponerlo por parte del tribunal".

Fueron invocadas- añadió - "circunstancias que agravan la responsabilidad penal del imputado, consistente en que habría cometido desde nuestra óptica el delito con alevosía, obrando sobre seguro y además con reincidencia, pues tenía una condena previa por un delito de violación".

Además, precisó que solicitaron considerar la extensión del mal causado por el delito. J

l A nombre de la familia de la pequeña, su tío Manuel Contreras expresó que están tristes, pero a la vez tranquilos, porque "le estamos dando una tranquilidad para el descanso eterno de Valentina (...) Hay un depravado menos", sentenció, agregando que Ledezma Díaz , no merece vivir en sociedad.

"Ni siquiera es capaz de arrugarse", se lamentó el vecino, quien criticó la actitud desafiante del condenado y afirmó que "la sociedad puede estar tranquila de que este depravado en muy buenos años no va a estar en la calle".