Sierra GordaAvioneta perdida
Junto a mi familia vivimos frente al puerto de Antofagasta, específicamente en línea recta al galpón de acopio de concentrado de cobre a medio construir.
Hace unos días leí una columna del gerente general de Minera Sierra Gorda, Maciej Sciazko, y concuerdo en prácticamente todos sus argumentos, pues conozco el estándar que se requieren para este tipo de proyectos cuando se habla de Clase Mundial.
No me cabe la menor duda que la mitigación se llevará prácticamente a cero por parte del mandante en este caso, con la finalidad de resguardar no sólo sus intereses, sino también los de la comunidad.
Ahora bien, lo que me preocupa es que a la fecha se esté trasladando, acopiando y cargando concentrado, durante varios años, y no sabemos de qué forma se está haciendo y cómo está afectando a nuestra salud.
En lo personal creo que si bien es cierto el galpón no es la obra arquitectónica más turística con la que podamos contar como ciudad, sí cumplirá a cabalidad con mantener las materias contaminantes que pueda traer consigo el concentrado de cobre, independiente de si el ferrocarril hará más viajes, en horarios diversos o si afectará o no el tránsito vehicular.
Sin embargo, lo que me preocupa, y vuelvo a reiterar, es cómo se está haciendo hoy en día con el concentrado que llegan de otros productores y que sí o sí se están embarcando en las instalaciones portuarias sin las medidas de mitigación adecuadas.
Si el galpón cumple con el objetivo y no hay más vuelta atrás que tenerlo en las instalaciones de nuestro puerto, lo prefiero a no tener nada y seguirnos llenando de ese polvo negro de dudoso origen.
Se agradece el espacio.
Óscar A. Ubillo Torres
Hace más de un mes que la atención del mundo está centrada en un avión malasio perdido en extrañas circunstancias. Nuestro país no ha estado exento y la prensa ha cubierto el tema de manera profusa. Sin embargo, sería bueno recordarle a mis compatriotas que una avioneta con cinco tripulantes chilenos se perdió frente a las costas de la localidad de Tirúa (Región del Bio Bio) hace ya 6 meses, suspendiéndose su búsqueda de manera indefinida, representando un total fracaso para las Fuerzas Armadas y la Onemi. Esta última institución negligentemente solo salió en auxilio de los infortunados 3 días después de su desaparición, colaborando indirectamente con los malos resultados obtenidos. Los familiares y amigos de las víctimas esperan que la gente no olvide al Cessna 172 desaparecido en su regreso desde la isla Mocha.
Gary Parra Sanhueza
