Como hermana de Camila, siento lástima por él o los artífices de estos reprochables actos a su memorial.

En ningún caso, catalogo la acción como maldadosa, más bien, creo que es un accionar propio de almas enfermas o personas demasiado básicas como para juzgarlas por su proceder.

Agradezco en nombre de nuestra familia todos los gestos de apoyo recibidos, como también, respetamos y aceptamos, con humildad, las opiniones de quienes consideran que estos memoriales no debieran existir en las calles de nuestra ciudad.

Sin embargo, poco podemos hacer, existen costumbres arraigadas en la comunidad, que forman parte de nuestra idiosincrasia local y como familiares es imposible quedar indiferente a este fenómeno. Entonces ¿cómo no esmerarnos en que el lugar adquiera vida, luminosidad y seguridad? Ambos Cristos destruidos son sinónimo de un esfuerzo familiar enorme, y el que no es capaz de ver amor en ello, me entrega las razones del por qué ocurren estos inconcebibles hechos en nuestra Antofagasta.

Daniela Verdejo Contreras

El pasado 31 de mayo se nos fue un grande, Valeriano Maldonado, dirigente vecinal de la Población Miramar Norte. Lo conocí muy de cerca.

En calle 21 de Mayo están reparando las veredas. Si a eso sumamos los vehículos estacionados, bajar por dicha calle es un martirio. Y más difícil tomar locomoción. ¿Es posible que hagan algo?