Contratistas tenían tumba como mesón de trabajo

CEDIDA

E-mail Compartir

Cuando Sandra Álvarez fue a dejar claveles rojos a la tumba de su madre el pasado martes en el Cementerio General, no pensaba que se encontraría con una macabra sorpresa. Sobre su sepultura, había sacos de arena, un tarro con agua y baldes con mezcla, dejándola como un mesón de trabajo cualquiera. A su lado, un contratista estucaba un mausoleo que estaba justo al lado de la tumba, dejando a Sandra horrorizada.