Plebiscitos
dinos lo que piensas
Hasta hace poco pensaba que en los gobiernos la 'oposición' realmente hacía honor al nombre, pero hoy con las nuevas reformas me doy cuenta que ambos 'se prestan ropa' para que, finalmente, todo favorezca a los fines de la 'clase política'. Y nosotros seguimos siendo los 'paga Moya', Moya en la educación, Moya en la justicia, Moya en la salud, Moya en la contaminación ambiental, etc.
Mi gran duda e inquietud es: ¿Para qué existe la Ley de Plebiscito si nunca la usarán? ¿Por qué obvian la voz del pueblo si es un derecho que tenemos? ¿Por qué en cada elección le mienten al pueblo?
Así, tenemos graves casos como los de EPA, los de SACYR, las termoeléctricas. Ahora la venta de parte de la Patagonia chilena a la Comunidad Judía, para asentar un nuevo Israel. Nuevamente insisten en el uso de 'energía nuclear' en la región, cuando todos sabemos que somos 'ricos en energía solar'. Y la otra, siempre será un riesgo latente por muy segura que la pinten los interesados, ya que nuestra región desértica es la más sísmica del país.
Entonces cuando vengan las consecuencias de estos actos, el que sufre sus embates es el 'Pueblo-Moya', porque ellos, tienen con antelación muy planificada su protección familiar, saludable y descontaminada.
Myriam Richards M.
La sana crítica estaría conformada por la lógica, que conduce a la emisión de un juicio,por las máximas de la experiencia o 'reglas de la vida', y se suman los conocimientos científicamente afianzados. En juicios de divorcios, un juez debe apreciar la prueba conforme a las reglas de la sana crítica y la sentencia debe fundamentarla, con toda la prueba rendida y la que hubiere desestimado. Así se puede conocer el razonamiento utilizado en el fallo, ya que no se le libera del control del proceso lógico que debe seguir en su razonamiento, precisamente a fin de custodiar la aplicación de tales reglas. Si alguien no está conforme con el fallo de divorcio, puede perfectamente apelar. En Viña, por ejemplo, se concedió una compensación por $4 millones. Se apeló, la Corte de Apelaciones la aumentó a $40 millones, y la Suprema la redujo a la mitad, $20 millones. Resulta difícil comprender entonces cómo puede resolverse un asunto de una manera tan distinta en cada instancia. Muchos de los que se divorcian cuestionan que sea tan volátil o incierta esa 'sana crítica'. ¿Por qué, dado aquello, es inatacable la estimación valorativa de las pruebas y las conclusiones fácticas de la sentencia del juez de familia? A mí me parecería muy conveniente poder cuestionarlas y revisarlas, por eso de que 'errare humanum est'.
