Arica
dinos lo que piensas
Con motivo del feriado religioso del 15 de agosto, la Asunción de la Virgen, aproveché de viajar al vecino puerto de Arica. Allí hice mi servicio militar de estudiante el año 1955. Visitamos el Templo de San Jerónimo de Poconchile, fundado en el año 1605, la Parroquia de Lluta que perteneció al Cusco y posteriormente, pasó a depender de Arequipa.
En 1778 deja de llamarse poblado de Lluta y pasa a ser Poconchile. En 1868 es restaurado el templo, a raíz de un terremoto.
En 1929 pasa a depender del Obispado de Iquique y en 1980 vuelve a ser restaurado por el contratista Emilio Fuentes.
Luego pasa a depender del Obispado de Arica, siendo restaurada en 2004, 2005, 2013 y 2014, incluidos sus dos campanarios y madera de buena calidad.
Toda la historia está en el hall de la capilla. Una linda obra de arte barroco. Vi también el humedal de Lluta con varias hectáreas que son sagradas. Nadie acampa allí, por protección de la fauna de Arica y Parinacota.
Visitamos también las Cuevas de Corazones, con entradas y salidas y el mar, azotando sus rocas, las playas de Chinchorro y la Lisera, donde los ariqueños y los turistas van a disfrutar.
El Morro de Arica con su museo y las marcas de los escaladores que a pulso ascienden a un cerro, que cada día se hace más difícil su acceso por las verticales. Esto debido a los desmoronamientos.
Hay cuevas donde se guardan momias que no han sido rescatadas para el museo y protegidas. Arica se comunica con la ciudad de Tacna, donde miles de turistas viajan tanto para ver médicos formados en nuestra universidad o para comprar objetos que son baratísimos.
La alimentación a mitad de precio de lo que cuesta en Arica. Los hoteles y albergues igualmente económicos. Tacna luce un buen estadio con su pista de recortán, al igual que el 'Carlos Dittborn' de Arica. La ciudad es grande por sus poblaciones y la movilización baratísima.
La atención en Pullman Bus fue excelente. Un terminal repleto.
Muy limpia la ciudad con sus calles centrales estrechas, pero con bastante comercio.
Fue un placer llegar a la ciudad de la 'Eterna Primavera' para regresar a nuestra querida ciudad de Antofagasta y volver de inmediato al trabajo.
Arica todo es barato y de primera calidad, un buen lugar para tomarse unos días de descanso en contacto con la naturaleza en el Valle de Azapa con sus oliveros.
La gente de Arica muy cariñosa, pero también luchando por mejorar sus deficiencias con fe en el futuro, por la felicidad de sus hijos.
Muchas gracias señor director, por permitirme expresar mis vivencias.
Atentamente,
Jorge Raúl Díaz Pacheco
