Fundado el 2 de Mayo de 1966
Director:
Sergio Mercado Richards
Representante legal:
Carlos Rodríguez Pérez
Domicilio:
Manuel Antonio Matta 2112
Fono:

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Carlos Rodríguez Pérez
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dinos lo que piensas
Sentada en un aeropuerto, observo cómo se comportan las personas en los momentos previos a la partida o la llegada de sus seres queridos. Nerviosas, se pasean, se miran, se tocan apenas y se apartan.
Una mujer corre a reunir a sus familiares para despedirse de ellos. Cuando falta solo un minuto para que se suba al avión, envuelve a su hijo en un fuerte abrazo que lo protegerá hasta que regrese.
Dos damas que están junto a ellos escudriñan el corredor como si fuera mar abierto. Una madre sostiene en brazos a su bebé mientras besa a su esposo. Tiene las mejillas húmedas. Es un momento de profunda emoción.
Por la puerta 13 empiezan a entrar los recién llegados. 'Ya la vi. Ahí está.' Es una escena igualmente conmovedora; los que acaban de llegar se confunden entre la muchedumbre como si fuera el ingrediente que hacía falta. Hay llantos y sonrisas.
Leo distraídamente el libro abierto mientras aguardo mi turno de partir, sola porque mis seres queridos tienen horarios diferentes del mío, y la persona a quien voy a ver, una hija, se encuentra en el otro extremo de mi viaje. Pienso en otras partidas y llegadas. Me viene a la memoria la imagen de mi hija, la que ahora voy a visitar, caminando por aquella estrecha pasarela con su mochila colgada al hombro y los audífonos que la aislaban del río de gente que fluía junto a ella. Estaba en su primer año de universidad y regresaba a casa, por primera vez desde agosto, para pasar con nosotros unos días festivos de noviembre. La estreché entre mis brazos como si hubiese estado perdida.
Un niñito de unos cinco años se encuentra con su abuelo por primera vez. Alza la vista todo lo que puede para mirar el rostro de un hombre que no es en realidad tan alto… salvo para un chiquillo. Se crea una corriente de alegría entre ambos, y me pregunto cómo podría capturar este momento con palabras o en una película.
Cuando por fin anuncian mi vuelo, tomo mis libros y mi equipo de mano. Puesto que no hay nadie que me despida, no miro hacia atrás para ver de dónde vengo. En vez de ello, pienso en mi esposo, que está trabajando y se pregunta si ya habré partido, y en mi hija que, seguramente, se hace la misma pregunta.
De camino hacia el avión, recuerdo otra llegada y partida. Llevaba un año de casada cuando falleció mi abuelo de 91 años. Habíamos tenido una relación muy estrecha, así que la noche en que regresé de su entierro llegué llorando al aeropuerto. Mi marido me aguardaba para envolverme en sus brazos. Mis lágrimas fueron causa de que todo el mundo se volviera a vernos, pero no me importó.
La vida debería de ser siempre así de importante. Me gustaría que todas las personas que salen de viaje tuvieran a alguien que aguardara su regreso. También sería grato que en el momento de partir alguien fuera a despedirlas. Pienso en mi abuelo y se me ocurre que si morir es así - tan solo una transición- entonces no tengo miedo.
Lynette Espósito