Catando picadas en Coloso, donde el verano nunca se acaba
Trato, pero no puedo convencerme que las vacaciones están terminando. Ayer por la mañana vi a dos niños con mochila y me sentí culpable de despertar con una camisa floreada y media piña colada en la mano. Pensé que a lo mejor una buena opción era chantarme y dedicarme a no sé, vender gomitas de eucalipto o algo así.
Sin embargo, no era necesario llegar a eso. Mejor me fui a un lado donde no hubieran colegios, para no sentirme tan culpable. Coloso, ese paraíso ubicado al final de la ciudad por el lado sur, me estaba esperando con unas empanadas de marisco impactantes. Al menos eso me garantizaba el dueño del restaurant "Sol y Mar", Raúl Sánchez.
"Acá están las mejores empanadas,el mejor caldillo de congrio", dice el maestro. Según sus palabras, una de sus especialidades es el chupe de locos ($7.000), que prepara con cebollita, cilantro, crema y queso. Pero lo que más pide la gente acá en Coloso es la empanada de queso camarón ($1.500). Cuando salí olvidé las lucas, pero don Raúl invitó esta vez. Exquisita, dije yo.
"Este verano la cosa ha andado regular no más... se ha perdido harta gente", acusa don Raúl. Él me cuenta que Coloso está super olvidado por la muni, porque acá no tienen ni siquiera un baño público para recibir a los turistas atraídos por las exquisiteces de la caleta. "La gente quiere un local con su baño, y con suerte tenemos dos tarros para la basura. No hay un container como en la ciudad. Sería bueno que acá pusieran baños públicos", dice.
Junto al "Sol y Mar" está el "Jacques Costeau", local que según su dueño, está la picada de la jaiba. Treinta años de experiencia funcionando en la caleta le dan la razón a don Alex Cornejo, su dueño. "Lo mejor son los locos mayo con salsa verde, hay pulpo mayo, acá todo eso arrasa", dice.
Cuando nos fuimos de vuelta a Antofa, a la aburrida normalidad, me dije que no asumiría aún la pérdida de verano. Qué dice el calendario: 21 de marzo es el término ¿no es cierto? Así que paseos quedan, y hartos. J