Las palas, carretillas y, sobre todo, la fuerza, son hoy las mejores herramientas para los miles de chilenos que pese a la catástrofe que los golpeó la noche del miércoles, sólo piensan en ponerse nuevamente de pie.

Y es que ayer, apenas dos días después del desastre que se ensañó principalmente con especial crudeza con la Región de Coquimbo, los corazones, mentes y manos de los damnificados estaban concentrados en recuperar la normalidad.

Atrás quedó el desconsuelo de perderlo todo, incluso seres queridos, y hoy ya es tiempo de retirar escombros y dejar en el menos tiempo posible todo listo para la ansiada reconstrucción.

Pese al cansancio de la dolorosa y larga vigilia, la postal que más se repite en todos los rincones devastados es la de hombres y mujeres de todas las edades retirando agua, materiales, vehículos y hasta embarcaciones de distinta envergadura desde sus hogares y calles. No es tiempo de lamentarse; es tiempo de trabajar.

SEGURIDAD

Sin duda una de las zonas más afectadas con la furia de la naturaleza fue el balneario de Tongoy.

Allí Carabineros instaló ayer un cuartel temporal, con unidades especializadas para prestar servicios a la comunidad, para su tranquilidad y atención en distintos tipos de requerimientos.

La zona fue visitada por el general director de la institución, general Bruno Villalobos Krumm, quien sobrevoló el área y visitó a sus funcionarios y vecinos. J